El régimen cubano, a través de uno de sus galenos, utilizó el positivo a la COVID-19 de Donald Trump para denunciar una vez más el embargo estadounidense a la isla, llamado “bloqueo” por el oficialismo y señalado continuamente como la causa de todos los males del país.
“El bloqueo norteamericano a Cuba ha impedido que el equipo médico del presidente Trump evaluara otras alternativas de tratamiento antiviral como es el HeberFERON y medicamentos de perfil antinflamatorio como el anticuerpo monoclonal Itolizumab y el péptido Jusvinza”, escribió el doctor Anselmo Abdo en su artículo titulado “Bloqueo prohíbe que el presidente Trump reciba medicamentos cubanos para tratamiento de la COVID-19”.
De acuerdo con el galeno, cuyo artículo fue replicado en el blog Segunda cita, del trovador Silvio Rodríguez, “la salud es un derecho universal de todo ser humano”, por lo que “prohibir el uso de medicamentos efectivos ante el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 a cualquier paciente estadounidense, incluido su presidente, debe ser condenado y enmendado”.
Dichas observaciones fueron la conclusión de un ligero análisis en el que Abdo cuestionó la efectividad de los fármacos aplicados al presidente de Estados Unidos durante los primeros días de su convalecencia, una vez diagnosticado como positivo a la enfermedad pandémica, al tiempo que destacó los buenos resultados que han arrojado estudios hechos en Cuba sobre la efectividad de los fármacos cubanos.
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Sobre el Remdesivir, un medicamento antiviral que le fue suministrado a Trump, Abdo apuntó que un estudio no se observó que incidiera significativamente en la tasa de recuperación entre los pacientes que estaban recibiendo ventilación mecánica.
Asimismo, “no se observó un beneficio clínico en pacientes con enfermedad leve o moderada”, mientras que se registraron “eventos adversos graves” en alrededor del 21 por ciento de los pacientes a los que les fue suministrado el fármaco.
En cuanto a la dexametasona, esteroide también suministrado a Trump según su equipo médico, Abdo señaló que estudios clínicos hallaron que en la dosis adecuada –seis miligramos durante 10 días- reducía la mortalidad “en un tercio de los pacientes que necesitaron ventilación artificial”.
Sin embargo, “no demostró beneficios entre aquellos pacientes que no requirieron asistencia respiratoria. Su uso no está exento de riesgo debido al desarrollo de efectos adversos graves, como la inmunosupresión con posibilidades de desarrollar sobreinfecciones bacterianas y/o micóticas”.
En cambio, señaló el doctor cubano, los citados medicamentos cubanos han probado ser efectivos y, desde su punto de vista, buenas alternativas a los suministrados al presidente y otros pacientes estadounidenses, quienes se ven privados de recibirlos por el embargo.
Itolizumab y Jusvinza “han mostrado resultados satisfactorios en la modulación de la respuesta hiperinflamatoria que puede producirse en la infección por SARS-CoV-2 con escasos eventos adversos, incluida la inmunosupresión”, mientras que el HeberFERON “ha demostrado mejorar la actividad biológica de los interferones, con menos reacciones adversas”.
Su uso en un grupo de pacientes cubanos con diagnóstico de COVID-19 arrojó que el 77 por ciento de ellos “negativizaron rtPCR al SARS-CoV-2 a los 4 días (96 horas) después de la administración de la primera dosis”.
Pese a los beneficios que defendió de los fármacos cubanos, Abdo no cuestionó por qué ha costado tanto contener el rebrote de coronavirus en la isla. En su opinión, la inferior tasa de letalidad de la enfermedad en Cuba respecto a otras naciones, siempre según los datos oficiales, es prueba de que Trump y los estadounidenses pierden con el supuesto bloqueo, una medida que les privó de la posibilidad de que su presidente recibiera medicamentos cubanos para curarse.