Cuba: cerca del millar de positivos y tres fallecidos por COVID-19

La pandemia no cede en la isla pese a las medidas restrictivas. La Habana, Santiago y Guantánamo siguen siendo las provincias con peor situación epidemiológica. Los viajeros que arriben a la isla volverán a ser confinados en centros de aislamiento
 

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Las autoridades sanitarias de Cuba registraron otros tres decesos como consecuencia de la COVID-19 y 910 nuevos casos de la enfermedad pandémica que, desde mediados de noviembre, mantiene en jaque a la isla con un tercer rebrote en el territorio.

Con los nuevos incrementos, nuevo récord de positivos diarios incluido, el total de casos acumulados desde el inicio de la pandemia en el país, en marzo pasado, asciende a 25 674, mientras que los fallecimientos suman 213, para una tasa de letalidad de 0,83 por ciento.

Con edades entre los 64 y 78 años, los finados fueron una mujer residente en Santiago de Cuba y un hombre y una mujer de La Habana. Los tres eran hipertensos y presentaban indistintamente otros antecedentes patológicos como insuficiencia renal y diabetes, comorbilidades que elevan las probabilidades de desarrollar cuadros de gravedad ante la aparición de la enfermedad.

Según los datos del Ministerio de Salud Pública (Minsap) en su más reciente parte informativo, con cierre en la medianoche del viernes 29 de enero, se encuentran ingresados para vigilancia clínica epidemiológica 11 684 pacientes, de los cuales 4 080 son sospechosos de un eventual contagio y 5 100 casos activos de la enfermedad.

De los nuevos diagnósticos, 814 fueron contactos de casos confirmados, 63 tuvieron su fuente de infección en el extranjero y en 33 no se había podido precisar la fuente de infección hasta el momento del cierre de la información del Minsap.

Ésta precisa además que 45 pacientes permanecen en cuidados intensivos, de los cuales 21 son reportados en estado crítico y 24 como graves.

La mayoría de los nuevos casos volvieron a corresponder a las provincias La Habana (415), Santiago de Cuba (90) y Guantánamo (130), las de peor situación epidemiológica durante este tercer rebrote de COVID-19 en la isla, el más severo en lo que a número de contagios diarios y decesos se refiere.

Tercer rebrote y vuelta a las medidas restrictivas

El rebrote de COVID-19 en Cuba obligó a retroceder de fase epidemiológica a varias provincias y municipios, entre ellas la capital, que, por sus características sociodemográficas, ha sido el territorio de mayor complejidad para el control de la enfermedad durante la mayor parte de los últimos 10 meses.

El régimen responsabilizó a los ciudadanos que han viajado y regresado del exterior del rebrote que padece el país desde mediados de noviembre, cuando decidió reabrir sus aeropuertos internacionales.

Si bien no se ha decidido a emprender un nuevo cierre de fronteras, se decretó la reducción del número de vuelos diarios y amenaza a los cubanos residentes en el exterior con cuantiosas multas y sanciones en caso de que incumplan con las medidas sanitarias durante su estancia en la isla.

Asimismo, este sábado decidió volver a la práctica de aislar durante días a todos los viajeros que arriben al país desde el exterior. Los cubanos residentes serán confinados en centros de aislamiento hasta que se descarte su positividad o no a la enfermedad pandémica, mientras que los no residentes, los turistas y aquellos que regresen de viajes por motivos oficiales o profesionales serán aislados en hoteles o sometidos a los protocolos aprobados por las carteras de Turismo, Comercio Exterior y Relaciones Exteriores.

El oficialismo también sitúa la responsabilidad del incremento de casos en la ciudadanía. El pasado martes el director nacional de Epidemiología del Minsap, Francisco Durán, afirmó en su conferencia informativa que “la irresponsabilidad no puede seguir campeando en el país, y no todo puede ser, aunque se está haciendo, a base de multas y otras medidas”.

“Tiene que haber una parte de responsabilidad teniendo en cuenta los resultados que estamos teniendo”, subrayó el galeno.

En toda Cuba se mantiene el uso obligatorio de la mascarilla y a los viajeros internacionales se les exige una prueba PCR negativa realizada 72 horas antes de su arribo a la isla, a la que se suma una muestra tomada en el aeropuerto y su aislamiento estricto hasta conocer el resultado.

Pese a la aguda crisis que atraviesa la isla, el régimen confía en inmunizar a su población durante el primer semestre de este año con alguno de sus cuatro candidatos vacunales. Hasta donde se tiene conocimiento público, no planea adquirir dosis en el mercado internacional de las vacunas foráneas que ya se comercializan y distribuyen.

 

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