Este sábado, las autoridades sanitarias de Cuba reportaron la víspera 888 nuevos contagios de COVID-19 y la muerte de otras siete personas por complicaciones derivadas de la enfermedad, a la baja en las últimas dos semanas tras el alza derivada de la propagación de la variante Ómicron y el arribo de viajeros internacionales.
En su más reciente parte informativo, el Ministerio de Salud Pública (Minsap), cuyas cifras han sido puestas en entredicho en reiteradas ocasiones por cubanos dentro y fuera de la isla, detalló que 14.283 personas permanecen ingresadas en el país por diferentes condiciones relacionadas con la COVID-19.
De ellas, 9.177 son sospechosas de un eventual contagio y 4.999 son casos confirmados y activos, 369 menos que los reportados en la jornada anterior, luego de que el número de altas médicas en las últimas 24 horas (1.250) fuese superior al de los nuevos positivos.
Con los nuevos incrementos, el acumulado de casos desde el inicio de la pandemia en Cuba ascendió a 1.059.834. De estos, 8.467 han muerto y 1.046.309 se han recuperado, según las estadísticas del Minsap.
Los fallecidos fueron tres mujeres y cuatro hombres. Cuatro de ellos tenían entre 70 y 79 años de edad, y como comorbilidades mayoritarias, que complican la evolución clínica ante el contagio, el Minsap cita hipertensión arterial, diabetes mellitus e insuficiencia cardíaca.
Ciego de Ávila fue la provincia con peor situación epidemiológica, al registrar en la jornada del viernes 146 nuevos positivos. Le siguieron Holguín y Sancti Spíritus, con 132 y 120 casos, respectivamente.
En los servicios de cuidados intensivos permanecen ingresados 51 pacientes, de los cuales 25 están en estado crítico y 26 son reportados como graves.
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Hasta el 9 de febrero, el 87 por ciento de la población cubana, unos 9,85 millones de personas, había completado el esquema de vacunación con alguno de los tres inmunógenos aprobados para su uso de emergencia por la autoridad reguladora nacional.
En algunos municipios fue aplicada la vacuna de la farmacéutica china Sinopharm en su esquema de dos dosis, seguida de una tercera dosis de Soberana Plus, del Instituto Finlay de Vacunas de Cuba.
Hasta el momento, ninguna de las vacunas de la isla ha sido homologada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), hecho que atenta contra su aceptación internacional y comercialización, y limita el alcance y reconocimiento exterior que podría tener el certificado digital de vacunación que las autoridades sanitarias comenzarán a expedir el lunes.
