Las autoridades sanitarias de Cuba reportaron el diagnóstico este viernes de 639 nuevos casos de COVID-19, la cifra diaria más baja desde el 27 de febrero, y el fallecimiento de otra persona como consecuencia de la enfermedad pandémica que, hasta el momento, ha provocado la muerte de 366 en la isla.
El total acumulado de casos desde el inicio de la pandemia en Cuba, en marzo de 2020, asciende a 60 558. La fallecida registrada en la jornada fue una mujer de 70 años, residente en la Habana Vieja.
De acuerdo con lo informado por el director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Francisco Durán, en su habitual conferencia matutina, la finada presentaba antecedentes patológicos que elevan las probabilidades de desarrollar cuadros de gravedad ante el contagio. Murió tras seis días de ingreso hospitalario, dos de ellos bajo cuidados intensivos.
De los nuevos positivos, 616 fueron contactos de casos confirmados, seis tuvieron su fuente de infección en el extranjero y en 16 no se había podido precisar la fuente de infección hasta el momento del cierre de la información oficial.
Ésta precisa además que, de 4 375 casos confirmados y activos, 76 pacientes permanecen en cuidados intensivos, de los cuales 29 son reportados en estado crítico y 47 como graves.
Asimismo, 84 de los nuevos pacientes están en edades pediátricas, menos de 18 años, y cuatro de estos últimos aún no cumplen su primer año de vida. De acuerdo con las cifras dadas por Durán, los menores que son casos activos de COVID-19 suman 660.
La mayoría de los nuevos casos correspondieron a las provincias La Habana (317), Granma (62), Pinar del Río (57) y Santiago de Cuba (35). La capital ha sido el territorio de mayor complejidad epidemiológica por sus características sociodemográficas, mientras que el resto de los territorios han experimentado altibajos durante el tercer rebrote.
El doctor Durán detalló en su conferencia que 24 801 personas están ingresadas. Además de las que son casos confirmados y activos, 4 535 son sospechosas de un eventual contagio.
Tercer rebrote de COVID en Cuba
El tercer rebrote de COVID-19 en Cuba obligó a retroceder de fase epidemiológica a varias provincias y municipios. El régimen responsabilizó a los ciudadanos que han viajado y regresado del exterior del incremento de casos que experimenta el país desde mediados de noviembre, cuando decidió reabrir sus aeropuertos internacionales.
Si bien no emprendió un nuevo cierre de fronteras, decretó la reducción del número de vuelos diarios y amenazó a los cubanos residentes en el exterior con cuantiosas multas y sanciones en caso de que incumplan con las medidas sanitarias durante su estancia en la isla.
Asimismo, el 30 de enero decidió volver a la práctica de aislar durante días a todos los viajeros que arriben al país desde el exterior.
El oficialismo también situó la responsabilidad del incremento de casos en la ciudadanía, aunque para la opinión pública son las colas y las aglomeraciones para tratar de comprar algo en un país signado por la escasez las potenciales causas de que no mengüen los contagios al ritmo deseado.
