En las últimas semanas ha sido noticia, debido a la crisis creada por la COVID-19, la solidaridad de muchos de esos cubanos que con un poco más de recursos han decidido ayudar a otros, sobre todo a personas de la tercera edad que carecen de amparo filial.
A partir de una donación de 30 mil pesos cubanos que hiciera al Consejo Popular Carmelo en El Vedado capitalino, desde hace 22 días Leonel Pachy, quien es propietario del restaurante Pizzas Pachy, distribuye almuerzos y cenas a poco más de 100 personas.
Este habanero no solo donó dinero en efectivo, sino que también se encarga de repartir las comidas. Con las cajitas en las manos sube las escaleras de un edificio cerca de Línea, donde vive una señora de 82 años cuyo hijo es epiléptico o llega hasta el portal de la madre cuyo hijo es doctor del Instituto Pedro Kourí, y así, hasta que termina de hacer la última entrega.
"El mérito está en que él mismo las lleva", le dice a la prensa estatal Raúl Toledo, director de El Saturno, restaurante del Sistema de Atención a la Familia (SAF), donde se elaboran los alimentos.
Leonel explica que él se propuso esto "porque era lo que podía hacer". Y para evitar cualquier traba por parte de las autoridades o instituciones del régimen se puso en contacto con el presidente del Consejo Popular, Orestes Fabelo Ayala y de ahí con el SAF.
"Vivimos un momento en que el mundo está en crisis, pero el cubano es como el delfín, tiene el agua hasta el cuello y sigue riendo".
De su restaurante, que hoy se mantiene cerrado por la pandemia, también donó recipientes y botellas para envasar alimentos y líquidos.
Pachy entrega diariamente 116 comidas, para un total de cerca de 300 que distribuye El Saturno. "Para eso son las ayudas. Para paliar un poco los problemas a la gente", dice y vuelve a su auto rojo a continuar el recorrido.
Fue luego de ver el agradecimiento en los rostros a los abuelos que visita cada día "que comprendí lo que estaba haciendo", confiesa.
Para Leonel, que es cuentapropista desde 1996 y fundó el restaurante Pizzas Pachy en 2012, este momento por el que atraviesa el país le ha servido además para reparar y restaurar su negocio, que inevitablemente en unos meses volverá a abrir y para entonces debe encontrarse óptimas condiciones.