Detienen a cubana por reclamar a policía que ponía multas en una cola

¿Bajarse el nasobuco en un cola para beber agua, es un delito? Pues la policía cree que sí y multó a una ciudadana por eso, otra reclamó el abuso y fue arrestada. Continúan la arbitrariedad de las “autoridades” en tiempos de pandemia y escasez en Cuba
Captura de pantalla de la mujer y multa
 

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Este fin de semana en el municipio de Quivicán, provincia de Mayabeque, la Policía Nacional Revolucionaria arrestó a una mujer que defendió a otra ciudadana víctima de abuso al ser multada por bajarse la mascarilla sanitaria en un cola para beber un poco de agua.

Angélica Garrido Rodríguez fue detenida arbitrariamente mientras permanecía en una larga cola para comprar productos de primera necesidad. Cuando se percató de la actuación injusta del agente policíaco intervino, lo que desagradó al oficial cubano –acostumbrados a no ser cuestionados y regir como Sheriffs en pueblos del oeste- quien le pidió su documentación y le notificó que estaba arrestada “bajo cargos de desacato y resistencia”.

Según explicó un usuario en Facebook identificado como Maikel Norton, que conversó vía telefónica con Angélica, ella “solo estaba mostrando su inconformidad por lo que consideraba una actuación abusiva con la mujer que se había bajado el nasobuco”.

Finalmente fue apresada, la trasladaron a una celda -sin la mascarilla o "nasobuco"- de la unidad policial del municipio y le impusieron una multa de 3 mil pesos en moneda nacional (equivalente a 120 dólares) a pagar en un plazo de 10 días hábiles.

Maikel Norton, refirió en su post que Angélica “sospecha que todo lo ocurrido se debe a que su hermana es disidente y colabora con la prensa independiente”. En las publicaciones de compartidas por Norton se pueden observar imágenes de las multitudinarias colas para adquirir productos de aseo personal, en el país donde “todo está controlado” según el régimen y sus voceros de la prensa de propaganda oficial.

Angélica Garrido Rodríguez es madre de dos adolescentes y la responsable de cuidar a sus padres de avanzada de edad. La multa impuesta le resulta muy difícil de pagar y significa una baja importante en sus recursos, que como los de la mayoría de los cubanos, están dedicados a buscar suministros que les permitan hacer frente al aislamiento por coronavirus.

 

Mientras se propaga la epidemia en Cuba, también crecen las medidas de control y represión policial de un gobierno que desvía la atención de su mala gestión económica, y además intenta acallar las voces críticas.

Lo sucedido con esta ciudadana en Mayabeque (Occidente de la isla), es similar a lo que ocurre en todo el país. Las autoridades cubanas en la oriental provincia de Granma han aplicado multas de hasta 5 mil pesos en moneda nacional y la medida de prisión preventiva a varios implicados en "delitos" vinculados a la COVID-19. Según Yoannia Galafet fiscal jefa (en funciones) del Departamento de Procesos Penales en esa región, el desacato, el acaparamiento, la desobediencia y la propagación de epidemias son las figuras delictivas más usadas por las autoridades para aplicar sanciones en medio de la pandemia de coronavirus en Cuba.

Hace pocos días el joven universitario Andy J. Estévez del barrio Colón, en Centro Habana, denunció la forma arbitraria en que le impusieron una multa de 300 pesos y como fue trasladado en un auto policial con otras dos personas más, solo por quitarse el nasobuco para beber agua tras 8 horas en una cola.

Recientemente el gobierno ha referido que se prevé que el pico del coronavirus en el país se produzca la semana próxima, lo cual se adelantaría a la media internacional y a las estimaciones iniciales. Sin embargo, los cubanos no ven cerca el fin de la escasez de alimentos y otros productos básicos, ni la abundancia de la prepotencia policial.

 

 

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