En cualquier país del mundo si un equipaje se pierde mientras está al cuidado de una empresa de transporte, cuando menos, la persona afectada recibe una indemnización.
Pero Cuba no es un país cualquiera, y eso lo demuestra el caso de Nereida Peña Aguilera, una doctora a la que en Ferrocarriles de Cuba le robaron un bulto en mayo de 2019 y hasta ahora dicha empresa no ha accedido a pagarle una indemnización.
Peña, residente en Chivirico, Santiago de Cuba, dirigió una carta de denuncia a la redacción del periódico oficialista Juventud Rebelde, a la cual este 6 de diciembre dicho periódico dio acuse de recibo.
Explica que ella es colaboradora de la Salud Pública y como parte de esto trabajó en Burkina Faso, y en abril de 2019 envió con un colega desde ese país, en su carga no acompañada, un bulto que contenía dos colchones cameros, dos gomas de bicicleta número 26, dos cámaras y 72 rayos.
Precisa que el envío llegó sin ningún contratiempo a La Habana y fue recogido por su compañero, junto a las pertenecías de él, luego de lo cual, el 17 de mayo de 2019, lo envió por Expreso de Ferrocarriles, con el número 16394, hacia Santiago de Cuba.
Sucedió que al terminar su trabajo en el país africano en julio de ese año, sus familiares le comunicaron que el bulto aún no había llegado. Y luego de realizar múltiples llamadas, e ir personalmente a ferrocarriles en Santiago de Cuba, le informaron que la valija había llegado, pero que le faltaban 30 bultos, entre ellos el suyo, y que lo que correspondía en ese caso era hacer una denuncia.
Luego de esto Nereida fue a la Fiscalía Provincial y presentó una denuncia por apropiación indebida, la cual registrada con el número 10675 de 2019 en la 2da. Estación de la Policía Nacional Revolucionaria, y entonces el caso pasó a la Fiscalía Municipal.
"Según las investigaciones los responsables son los de Ferrocarriles de La Habana. Pero ya ha transcurrido más de un año y dos meses que se dio esa respuesta. Y no veo nada claro", refiere Nereida y agrega.
"En diciembre vinieron los compañeros de Ferrocarriles de La Habana y dijeron que nos iban a indemnizar las pérdidas. Hasta hoy, silencio total: ni dinero, ni el bulto que con tanto sacrificio logré y envié para disfrutarlo. Sabrá Dios quien está durmiendo sobre mis colchones".
