El gobierno de Estados Unidos agregó este 21 de diciembre tres empresas cubanas, controladas por militares, a la lista de entidades que tienen prohibido establecer cualquier actividad comercial en su territorio o con empresas estadounidenses.
Se trata del grupo empresarial del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (GAESA), la financiera de Cimex (FINCIMEX) y la empresa cafetera Kave Coffee S.A., acusadas de utilizar una filial panameña para evadir las sanciones.
Según el Departamento de Estado, FINCIMEX, controlado por el ejército cubano, beneficia “de manera desproporcionada” a la cúpula militar. Kave Coffee S.A., es parte de una red internacional de empresas de propiedad cubana mantenidas por el ejército cubano y utilizadas para evadir el embargo estadounidense.
“Los ingresos generados por las actividades económicas del ejército cubano se utilizan para afianzar el control de los militares, apuntalar el poder del Partido Comunista de Cuba, oprimir al pueblo cubano y financiar la interferencia de Cuba en Venezuela”, agrega la nota firmada por Mike Pompeo, secretario de Estado.
En octubre, el gobierno del presidente Donald Trump anunció sanciones contra FINCIMEX, la única empresa autorizada por el régimen para gestionar los envíos de dinero desde Estados Unidos mediante un acuerdo con Western Union.
La entidad, subsidiaria del Grupo de Administración Empresarial (Gaesa), bajo el mando del general de Brigada Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, controla más de la mitad de las remesas que llegan a la isla.
FINCIMEX fue constituida en Panamá como una sociedad privada cubana, en 1984. Es subsidiaria de la corporación estatal cubana Cimex, por lo que está bajo la sombrilla de GAESA.
Por su parte, WU contaba con autorización del Departamento del Tesoro desde 1999 para operar en Cuba, donde disponía de 400 sucursales radicadas en 168 municipios del país. Aunque la compañía no reporta datos sobre el valor de sus transacciones, es el mayor operador de los 3500 millones de dólares que anualmente llegan en remesas a destinatarios radicados en la isla.
Sin embargo, estas no han sido las únicas sanciones de este 2020. La política de Washington estuvo dirigida también contra bancos, instalaciones turísticas, el consumo de alcohol y tabaco cubanos, entre otras, dirigidas a cortar las fuentes de financiamiento del régimen.
El gobierno cubano asegura que las medidas afectarán sobre todo al pueblo de la isla. Mientras tanto, la Casa Blanca considera que son indispensables para forzar un cambio de régimen.
Con la nueva administración demócrata, que llegará al poder el 20 de enero de 2021, se espera un relajamiento de la política de "mano dura" hacia La Habana y posiblemente que algunas sanciones sean revertidas, sin embargo, la isla comunista no parece ser prioridad para Joe Biden por el momento.