EEUU sanciona al Ministro del Interior de Cuba y a sus hijos

La represión del régimen de Castro de los derechos humanos y las libertades fundamentales tanto en Cuba como en Venezuela requiere preocupación mundial, dijo Pompeo en un comunicado.
Julio César Gandarilla Bermejo, ministro del Interior de Cuba
 

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El ministro del Interior de Cuba, Julio César Gandarilla Bermejo, ha sido sancionado bajo la Sección 7031 (c) de la Ley del Departamento de Estado de EEUU, las operaciones en el extranjero y los programas relacionados al año fiscal 2019 "debido a su involucración, por la responsabilidad de mando, en graves violaciones de derechos humanos en Venezuela".

Bajo esta sección los funcionarios gubernamentales de otros países, señalados por la Secretaría de Estado norteamericana por su papel significante en la corrupción o violaciones de los derechos humanos  —en el caso de que disponga de información fidedigna al respecto—, son privados de la entrada al territorio estadounidense junto con sus familiares.

Licenciado en Historia, miembro del Comité Central del Partido y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio Unión de Reyes, provincia de Matanzas, Gandarilla Bermejo fue fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias y de la Asociación de Combatientes, así como Jefe de Batallón de la División 53 durante la Crisis de Octubre. Comenzó su labor en la Contrainteligencia Militar como oficial operativo hasta ser nombrado Jefe de este órgano de seguridad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. El 9 de enero de 2017 fue designado como Ministro del Ministerio del Interior. Cumplió misión internacionalista en Angola y misiones especiales en otros países.

El Departamento de Estado ha aplicado la misma sanción a sus hijos, Julio César Gandarilla Sarmiento y Alejandro Gandarilla Sarmiento.

Además de la "grave violación de los derechos humanos en Venezuela", por la que Gandarilla Bermejo ha sido sancionado, Washington responsabiliza al Ministerio que encabeza de "arrestos arbitrarios y detenciones de miles de ciudadanos cubanos y el encarcelamiento ilegítimo de más de 100 prisioneros políticos en Cuba".

El gobierno cubano ha rechazado enérgicamente tales acusaciones en el pasado. No hubo comentarios inmediatos de La Habana.

"La represión del régimen de Castro de los derechos humanos y las libertades fundamentales tanto en Cuba como en Venezuela requiere preocupación mundial; y un llamado a la acción internacional más fuerte", dijo Pompeo en un comunicado.

"Alentamos encarecidamente a otros gobiernos y organizaciones internacionales a que exijan la responsabilidad del gobierno cubano; por violar y abusar de los derechos humanos y las libertades fundamentales".

Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha endurecido la política hacia Cuba con el endurecimiento del embargo comercial, la prohibición de cruceros a la isla y reducciones del personal diplomático.

Trump ha autorizado recientemente una serie de medidas para asfixiar la frágil economía cubana, ya dañada por la crisis en Venezuela, su principal aliado y valedor en la región.

A finales de octubre, el Gobierno de Estados Unidos anunció la prohibición de los vuelos comerciales desde su territorio a todas las ciudades de Cuba con la excepción de La Habana, en un nuevo intento por aislar aún más a la isla en represalia por su apoyo al Gobierno venezolano de Nicolás Maduro.

Previamente, Washington ya había sancionado los envíos de crudo venezolano a la isla, que ha tenido que voltearse hacia viejos aliados como Rusia y nuevos socios como Argelia en busca de combustible.

 

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