El doctor cubano-costarricense, Rodrigo Marín Rodríguez, ha sido una figura clave en el enfrentamiento -hasta ahora con éxito- de la COVID-19 en Costa Rica.
Marín Rodríguez, de 48 años, espirituano, realizó sus estudios de medicina en la Universidad de las Villas, y al poco tiempo de graduarse, migró a Costa Rica en 1998. Además, cuenta con una maestría en Epidemiología por la Universidad Nacional (UNA). Ya en ese país centroamericano se ha desempeñado como director del Área del Ministerio de Salud de Talamanca (un pueblo de Costa Rica); coordinador regional de Control de Vectores; después fue coordinador nacional de Control de Vectores hasta 2018. También fue asesor de ministros anteriores María Luisa Ávila (2006-2014); y Fernando Llorca (2014-2018).
Ha trabajado en brotes de malaria, dengue, chikungunya, sarampión, metanol.
Actualmente es el director de Vigilancia de Salud de Costa Rica y aparece cada semana en conferencias de prensa explicando el avance del nuevo coronavirus.
Hasta la fecha, Costa Rica tiene confirmados 483 casos de COVID-19, con una de las letalidades más bajas del mundo, pues apenas han fallecido por esta causa dos personas. Desde inicio de marzo se cerraron las fronteras, los centros educativos, así como bares, discotecas, y se impuso una restricción vehicular para controlar el movimiento de personas en las calles.
¿Cuál fue su primera reacción al ver la llegada del coronavirus a Costa Rica?
"Sabíamos que iba a pasar y que íbamos a tener casos. De hecho se estaba presentando en aquellos países que eran desarrollados y que tenían un sistema de salud fuerte y Costa Rica es de esos. Sabíamos que tarde o temprano nos iban a llegar casos y que teníamos que estar preparados para trabajar con relación a la contención".
¿Cuál considera ha sido la clave aplicada en Costa Rica para mantener -hasta hoy- la pandemia controlada?
"No estoy cantando victoria, todo lo contrario, seguimos monitoreando todos los días, estamos buscando más. Es un país que tiene fronteras y que el problema puede estar latente. Por el momento creo que ha sido un trabajo interinstitucional sólido, muy fuerte, con el apoyo del presidente, del ministro de Salud, con el de otras instituciones".
"Todo el mundo ha entendido lo que es la pandemia a nivel de gobierno, también en el sector privado, y creo que Costa Rica también ha dado un paso al frente y todas las medidas que hemos tomado en su gran mayoría toda la población las ha entendido y acatado".
¿Cómo ve el enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba si tenemos en cuenta la escasez generalizada incluso de productos de higiene?
"Si tenemos en cuenta la escasez de insumos y todas las cosas, para mí es complejo porque políticamente estamos en polos opuestos. Al principio creo que se demoraron muchísimo en tomar las acciones. Un día decían que no iban a cerrar fronteras y a los tres días decían lo contrario".
"Luego el tema de mandar médicos cubanos a otros países me parece irracional independientemente del tema económico. No lo están haciendo por solidaridad, sino como una forma de subsistir. No hay una batalla en el mundo donde tú mandes tu ejército en este caso, las batas blancas afuera y dejes a tu pueblo sin ellos. Pueden decir que en Cuba hay un montón de médicos y que sobran, pero en una pandemia de este nivel creo que siempre van a hacer falta".
En la isla se está ingresando a todos los sospechosos y a todos los positivos por COVID-19. ¿Cómo valora esta medida?
"De la misma manera que te digo que Cuba ha cometido errores, te digo que epidemiológicamente es muy fuerte y que esa es una medida que se puede tomar en Cuba y que puede dar buenos resultados. El ingreso a sospechosos y confirmados. Acá se ha hecho igual que a nivel mundial: aislar a las personas positivas y poner en cuarentena los sospechosos y contactos de positivos".
Análisis sobre la posible letalidad del virus en Cuba si se tiene en cuenta enfermedades crónicas, envejecimiento poblacional, etc.
"En Cuba hay varias cosas que confluyen. Epidemiológicamente es un país fuerte, pero tiene varias cosas en contra: mucho tabaquismo, su población es longeva, en muchas casas conviven tres o cuatro generaciones, cosa que puede ser muy contraproducente. Hay también una población con alta incidencia de enfermedades crónicas y esas cosas pueden estar en contra, pero lo más importante en Cuba es la falta de insumos, la falta de alimentos donde la gente tiene que salir a la calle a buscar alimentos, hacer grandes filas. El tema de la falta de jabón. de alcohol en gel, son cosas que pueden afectar a cómo va a ser el manejo desde el punto de vista del aumento de casos".
¿Qué consejos da a las personas en general y especialmente al pueblo cubano?
"Al pueblo de Cuba le envío un saludo grande a la distancia. Hay que proteger a los ancianos, hay que hacer todo lo posible por ser menos sociables, besarnos menos, evitar darnos las manos, y dentro de lo posible extremar las medidas higiénico-sanitarias, lavarnos las manos, cambiar las formas de convivencia que tenemos. Hacer filas manteniendo las distancias, yo sé que es complejo pero hay que tomar esas medidas, visitar menos a las familias. Tratar de utilizar redes para comunicarse aunque sé que es difícil allá. Lo más importante es el aislamiento social en este momento, ser menos amorosos y toda la suerte del mundo. Cuba ha salido de cosas peores y creo que también va a poder solventar esto".