El sonero cubano Cándido Fabré volvió al ataque en su polémica contra la canción “Patria y Vida” y sus intérpretes, a los que llamó “ingratos” e “incapaces” de reconocer que deben su vida y obra a la aún referida por el oficialismo como revolución cubana.
En el programa radial “Chapeando bajito”, de la emisora oficialista Radio Rebelde, Fabré reconoció que su canción “Yo soy de Patria o Muerte” busca responder directamente a la resultante de la unión de Yotuel, Gente de Zona, Descemer Bueno y los raperos Maykel Osorbo y el Funky.
“El tema responde a ‘Patria y Vida’, que lo hicieron muy estructurado. A lo mejor dicen lo que no queremos que digan, pero dicen lo que quieren decir y lograron un impacto negativo para nosotros los revolucionarios de Fidel Castro y positivo para los que ya no creen en la revolución de Fidel Castro.
Me di cuenta de que había un silencio y que nadie se atrevía a tirarse. Dije, qué bueno está, pero no me dio la gana que quieran pisotearnos gente ingrata que no quiera reconocer la verdad de que aquí se hicieron, aquí los formaron, se hicieron populares desde aquí”, comentó el sonero en el referido espacio, conducido por la vocera castrista Arleen Rodríguez Derivet.
Según opinó Fabré, reconocido por su voz ronca y capacidad de improvisación, si “Patria y Vida” la hubiera cantado Celia Cruz, los “revolucionarios estaríamos más conformes porque la revolución no hizo a Celia Cruz, pero sí hizo a todos estos ingratos”.
“Se abren de pata porque los presionan un poquitico”, sentenció, insinuando que la popular canción fue hecha bajo presiones políticas y no como un reflejo del sentir de muchos cubanos de dentro y fuera de la isla.
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Rodríguez Derivet refirió en el programa que el sonero estaba siendo sometido a un linchamiento en las redes desde que sacó su canción de respuesta y que era un hombre que no se destiñe, que “planta bandera” lo mismo en Cuba que en el sur de la Florida.
“Soy un guerrero, me gusta el gardeo. Soy un hombre de paz, no ataco, me defiendo. Es fácil que ataquen en estos tiempos y es fácil rendirse. Son momentos muy difíciles, pero el verdadero no se rinde y sigue tratando de llevar adelante este país”, dijo Fabré al ser cuestionado sobre los ataques y críticas en redes de las que está siendo objeto, pero no sobre las que él mismo dirige a colegas de profesión que, sencillamente, no piensan como él respecto al régimen de la isla.
“Que ataquen a uno es bueno porque significa que están conscientes de que tienen a un oponente al frente”, agregó el llamado “rey del repentismo de la música bailable”.
Otra respuesta descalificativa
La canción “Yo soy de Patria o Muerte” es otra de las tantas que el oficialismo ha impulsado para intentar contrarrestar el éxito y aceptación de “Patria y Vida”, cuyo clip rebasa los cuatro millones de visualizaciones en YouTube.
Hasta el momento, el esfuerzo ha sido infructuoso. Todas las canciones de respuesta han sido criticadas por su baja calidad musical y de composición, así como por acudir a las consignas de siempre, incapaces de resolver la situación de crisis en la isla, y por descalificar al oponente, en vez de intentar enfrentarlo con argumentos.
La de Fabré no es la excepción. Su letra descalifica a los intérpretes de “Patria y Vida”, sobre todo al cantautor Descemer Bueno.
“A degüello lo sé, así pregonó Descemer, que en Cuba no hay libertad. Que va a repartir machete, pero yo sé que no va a hacer na”, le espetó Fabré a Descemer en su tema. Aunque a Alexander Delgado igualmente le tocó su pedacito. “Descemer puede venir pa acá, pero no va a hacer ná, no va a hacer ná”.
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“Yo soy de Patria o Muerte. Yo soy un guerrero, tiren pa acá. Métele coco, métele mente, esa guerra no sirve ni aquí ni allá”, reza el estribillo del sonero, aunque de forma contradictoria incita en otros momentos a la lucha armada.
El clip del tema del repentista del son usa los mismos símbolos trillados de la Revolución: la esclavitud disfrazada de solidaridad de las brigadas médicas, que enriquecen al régimen, y la “sonrisa” del cubano a pesar de sus carencias. Los presume cual si fueran logros o cuestiones extraordinarias que resaltar.
Fabré también critica al influencer Alex Otaola y a algunos activistas u opositores como Rosa María Payá y Eliecer Ávila. Llega a decir que si ellos “fueran martianos, debieron ser fidelistas”.