Falta de combustible provoca nueva crisis del transporte público en la isla

El déficit de combustible ha obligado a reprogramar los horarios del transporte público, que ya no es capaz de garantizar servicios mínimos.
Falta de combustible provoca nueva crisis del transporte público en la isla
 

Reproduce este artículo

A los recientes problemas con los transportistas privados (molestos luego del tope de precios impuesto por el gobierno) ha venido a sumarse este último mes nuevos síntomas de crisis en el transporte público en Cuba.

El déficit de combustible ha obligado a reprogramar los horarios del transporte público, que ya no es capaz de garantizar unos servicios mínimos, según han reportado varios usuarios en redes sociales.

La periodista Elaine Díaz, directora del sitio independiente Periodismo de Barrio, denunció que en la terminal de ómnibus de Guanabo han extendido los horarios, recortando los viajes, y los niños que viven en paradas intermedias de esa ruta están llegando tarde a las escuelas.

Según Díaz, "los viajes Guanabo-Santa Cruz del Norte se han alargado y ahora hay menos supuestamente debido a un déficit de combustible".

Desde el pasado mes de mayo, fuentes independientes reportaron la incapacidad del transporte estatal para garantizar el transporte en la capital del país.

Un reportaje del Diario Las Américas, recogió declaraciones de un funcionario de Metrobus, empresa encargada de organizar el sistema de ómnibus en la capital, quien explicó que para un buen funcionamiento del servicio de ómnibus articulados que circula por las principales vías de la ciudad, "se necesitarían 18 o 19 rutas. Cada una con 30 ómnibus y una frecuencia de tres minutos a diez minutos en horario pico”. Solo funcionan 17 rutas denominadas P y, en el mejor de los casos, trabajan con la mitad de los ómnibus que requieren. La mayoría funciona con una frecuencia que va desde los 40 minutos a dos horas. Además de esa línea principal de ruteros P, debiera funcionar un grupo de rutas denominadas 'alimentadoras'.

En un intento por aliviar la crítica situación del transporte en La Habana durante el verano, el régimen  incorporó una flotilla de 450 microbuses GAZ de fabricación rusa con doce plazas cada uno, llamadas 'gacelas'.

Pero ni las 'gacelas', ni los ruteros P, ni las 'alimentadoras' y tampoco los taxis colectivos, estatales o privados dan abasto en una ciudad con más de dos millones de habitantes.

En las provincias orientales la situación también es crítica desde hace meses. El transporte local, mayoritariamente, cubierto por el sector privado, comenzó a deprimirse el año pasado a consecuencia de la crisis energética en el sector empresarial, que repercute automáticamente en el privado porque el robo de combustible es lo que lo abastece también a taxistas y transportistas por cuenta propia.

En territorios como Sancti Spíritus y Villa Clara, han disminuido drásticamente desde hace meses los horarios y la frecuencia de los ómnibus que la población utiliza para su desplazamiento, evocando el fantasma de un nuevo "Periodo Especial".

Las nuevas restricciones están relacionadas, al parecer, con las limitaciones de combustible provocadas por la situación en Venezuela y las dudas sobre este suministro estable que garantizaba al gobierno cubano sus mínimos de consumo estatal.