El líder de la opositora Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), José Daniel Ferrer, increpó al presidente designado de Cuba, Miguel Díaz-Canel, por la pretensión una vez más fallida de que los médicos del régimen que brindan servicios en otras naciones fuesen galardonados con el Nobel de la Paz.
“¡¡¡Qué pena @DiazCanelB!!! Los del Nobel de la Paz no son tontos y saben que el Nobel en #Cuba será para quien libere al pueblo, incluyendo a los médicos esclavos. Qué ironía: Le dieron el Nobel al @WFP (Programa Mundial de Alimentos de la ONU) por alimentar hambrientos y Uds. son una destacada fábrica de hambrientos...”, escribió el opositor y expreso político en su perfil de Twitter este viernes 9 de octubre.
Por su pronunciamiento, algunos de los defensores del régimen en el ciberespacio, muchos de ellos desde cuentas sin identidad real, atacaron a Ferrer y le acusaron de los improperios que el oficialismo dirige a todos aquellos que no aceptan sus lineamientos o muestran obediencia ciega.
“No les otorgaron el Premio Nobel, qué esperar de un comité que le entregó el Nobel a Obama. Ellos (los médicos cubanos) tienen un premio mejor, el agradecimiento eterno de su pueblo y el orgullo de saber que el mundo los conoce y necesita. No tenemos Nobel, pero tenemos SOBERANA! #CubaSalvaVidas”, escribió como respuesta a Ferrer un usuario identificado como Scarlett Lee 2.
La acusación indirecta al comité que decide quién es galardonado con tan prestigioso premio muestra la angustia que sienten el régimen y sus acólitos con el hecho de que el extinto dictador Fidel Castro no haya recibido el premio, como seguramente pretendió, y que tampoco lo hayan recibido hasta el momento la brigada médica de la isla que es enviada a cumplir misiones en diversos países bajo condiciones que han sido denunciadas por su similitud a las de la trata de personas.
Ante la pandemia de COVID-19, La Habana ha enviado médicos a varios países, muchos de los cuales agradecen el apoyo de los galenos de la isla. Sin embargo, algunos de ellos, que desertan de las llamadas misiones de colaboración, han denunciado el trato humillante al que continuamente los someten.
Son víctimas de una vigilancia extrema, además de que cada mes sólo reciben una ínfima parte del salario que expiden en su favor los gobiernos de los destinos donde cumplen misión, mayormente el 10 por ciento, porque el régimen cubano se queda con el resto.
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Quizás ese es uno de los motivos por los que el Nobel de la Paz no ha recaído en los médicos cubanos. Este 2020, el Comité Noruego del Nobel, que entrega cada año el prestigioso galardón de cerca de un millón de euros, reconoció el trabajo del Programa Mundial de Alimentos por “sus esfuerzos en combatir el hambre, su contribución a mejorar las condiciones de paz en áreas afectadas por conflictos, y por actuar como motor de los esfuerzos para prevenir el uso del hambre como arma de guerra y conflicto”.
Parte del sistema de Naciones Unidas, el Programa no partía como favorito para una distinción en la que también era candidato el presidente estadounidense, Donald Trump, por el acuerdo de paz logrado entre Israel y Emiratos Unidos, en el cual medió.
Dicha condición la ostentaba la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su liderazgo en la crisis sanitaria de la COVID-19, puesto en entredicho en numerosas ocasiones por el propio Trump y líderes de otros países.