El vocero del régimen castrista Iroel Sánchez, aseguró este 2 de noviembre en Granma que en Cuba no ocurre un estallido social porque el pueblo está abrumadoramente junto al gobierno, defendiendo la Revolución.
A su juicio, hay una “campaña mediática” de los “enemigos” del régimen para incentivar una revuelta, pero eso no va a ocurrir. De hecho, “si en vez de febrero de 2019, la consulta electoral se efectuara ahora, en medio de un bloqueo recrudecido, probablemente el por ciento de aprobación superaría el obtenido entonces, y eso sería fruto, sin duda, de la combinación de tres factores coyunturales y dos estructurales”.
“La explicación de la maquinaria mediática dominante es que la mezcla de la intensa represión del régimen y el relajo cubano impiden un estallido. Pero en la historia de Cuba —de la reconcentración de Weyler a la dictadura de Batista, pasando por la de Machado— ningún régimen basado en la represión logró permanecer por tiempo prolongado al frente del país”, agregó.
Sánchez supone que, los 60 años de castrismo demuestran que en Cuba no hay un régimen dictatorial, sino una especie de “perfecta democracia”. Por el contrario, en Estados Unidos “más de un millón de cubanos en EE.UU. sufren graves limitaciones para relacionarse con sus familias en Cuba gracias a las medidas de Trump”.
Hay gente insatisfecha en Cuba, asegura el autor, pero todas “se van a Miami”. Los que se quedan lo hacen porque son más cultos, más patriotas y mejores personas que los migrantes, a ese punto llega Sánchez. ¿Cuáles son las causas por las cuales se mantiene la gente en la isla?
Primero, la “cultura política masiva entre los cubanos, asentada durante 60 años por la pedagogía de Fidel Castro, acerca de la naturaleza del imperialismo y del proyecto de justicia social y soberanía nacional de la Revolución”.
Segundo, el “vínculo de la dirección revolucionaria con el pueblo, continuado por el liderazgo de Raúl y sostenido por Díaz-Canel, lo que ha reforzado la percepción de que el Gobierno escucha al pueblo y trabaja para él”.
El régimen cubano lleva meses mostrando públicamente en su discurso, signos de preocupación ante un posible estallido social en Cuba. Su gobernante, Miguel Díaz-Canel, lo señaló el 15 de octubre en su intervención en la Mesa Redonda.
Recordemos que el pasado 8 de octubre, en la oficialista Mesa Redonda, Díaz-Canel atacó a los activistas pro derechos humanos y evidenció su temor a una revuelta.
Durante unos agónicos minutos el mandatario afirmó que Estados Unidos promueve campañas dentro del país para desestabilizar el sistema y generar un revuelo. Según Díaz-Canel la política estadounidense es agresiva y brutal y “a eso se suman campañas de descrédito a la revolución y sus principales dirigentes que apuntan a quebrar la unidad”.
El 11 de febrero, justo un mes antes de que fuera declarada la pandemia en la isla, el periódico Granma, medio de prensa y propaganda del Partido Comunista Cuba, señalaba posibles “artimañas” del gobierno estadounidense para propiciar revueltas a causa de la crisis de combustible y abastecimientos que se vivía en ese momento.