El conocido artista y activista contra la dictadura, Luis Manuel Otero Alcántara, envió a sus seguidores un mensaje a propósito de concluir el difícil año 2020.
“Feliz fin de año y les prometo que el 2021 traerá mucho arte en función de la libertad de Cuba”, expresó en sus redes sociales el seguido luchador por los derechos humanos.
“Prosperidad salud paz y mucho amor. Súper conectados con el Movimiento San Isidro”, deseó el joven artista en Facebook.
Otero Alcántara, coordinador principal del Movimiento San Isidro (MSI), ha estado en el centro de la represión castrista durante casi todo el año.
En marzo, fue liberado luego de semanas encarcelado por el régimen que pretendía llevarlo a juicio por el “delito” de ultraje a los símbolos patrios (debido a un performance en el que emplea la bandera cubana) y otro por supuesto “daño a la propiedad”. El primero de estos juicios estaba previsto para el 11 de marzo, pero sin más explicación fue aplazado hasta nuevo aviso. La organización Amnistía Internacional declaró prisionero de conciencia al artista cubano y exigió su inmediata liberación.
Desde su detención numerosos artistas de la cultura cubana y del mundo se manifestaron a favor de la liberación de Otero Alcántara, quien una vez excarcela, fue víctima de frecuentes detenciones arbitrarias, golpizas, cercos policiales y campañas de difamación en medios de propaganda estatal.
Lea también
Otro momento de gran tensión, fue cuando Otero y otros miembros del MSI protagonizaron una huelga de hambre para exigir la liberación del rapero contestatario Denis Solís, condenado en un amañado juicio por presunto “desacato”.
La repercusión de estas acciones cívicas, y la arremetida represiva de la dictadura fue tal, que el prestigioso diario The New York Times incluyó un texto sobre el MSI y el 27N (grupo surgido de una protesta de cientos frente al Ministerio de Cultura), en la selección de los artículos de opinión necesarios para “entender el caótico 2020”.
El texto seleccionado es del narrador de ficción y periodista Carlos Manuel Álvarez, quien consideró que el régimen cubano se ha debilitado, a pesar de que todavía quede mucho por hacer hasta su fin.
En su columna publicada el 7 de diciembre en The New York Times, Álvarez aseguró que la dictadura “no parece ya tan infranqueable. Aunque a corto plazo no hay que esperar nada del gobierno (…) hay señales valiosas que no se deben ignorar: el hecho de que muchos jóvenes habaneros se hayan convertido en ciudadanos por unas horas y que un ministerio recibiera a artistas que durante años se ha encargado de desprestigiar”.
“Son pasos que, si bien pequeños, deberían conducir a una conversación nacional. No con ningún actor secundario y escurridizo, como un ministro. Hay que exigir una reunión con el presidente Miguel Díaz-Canel”, agregó.
Según el periodista, el Movimiento San Isidro liderado por Otero Alcántara expresa el dolor de un país empobrecido, y esa pertenencia a la Cuba profunda se ve claramente en los alrededores del barrio que dio nombre al movimiento, uno de los más marginados de La Habana.
“Sostenemos la necesidad de un cambio para Cuba a través de vías pacíficas. El centro de nuestra protesta continuó siendo la poesía, lo que nos congregaba al menos una vez al día y nos posibilitaba conectarnos con todo lo hermoso y cierto que ha experimentado la humanidad a través de los tiempos, una espiritualidad confluyente que nos envolvía, a algunos por primera vez”, declararon los del MSI en un comunicado por esos días.
Las manifestaciones del Movimiento San Isidro comenzaron el 18 de noviembre, como medio para exigir la liberación del músico contestatario Denis Solís, injustamente encarcelado y sometido a un juicio sumario, sin garantías legales. Como respuesta, varios integrantes de la organización comenzaron una huelga de hambre.
Fuerzas del régimen irrumpieron violentamente el 26 de ese mismo mes en la sede del MSI con el propósito de poner fin a la manifestación y arrestaron a los opositores. Horas después ese mismo día fueron puestos en libertad, pero se les impidió regresar a la sede de Damas 955, en La Habana Vieja.
El desalojo provocó una protesta de varios artistas e intelectuales ante el Ministerio de Cultura a favor de más libertades y respeto a los movimientos opositores, celebrada por su contenido contestatario.
