Luis Manuel Otero: “el cubano está cansado de la bota del régimen encima”

Las ideas de Luis Manuel Otero son claras: “Quiero cambiar una dictadura a un sistema democrático y libre. Quiero que haya libertad de expresión, de poder moverme por las calles. En Cuba no existe libertad”
Luis Manuel Otero: “el cubano está cansado de la bota del régimen encima”
 

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Luis Manuel Otero Alcántara es la cara más visible del Movimiento San Isidro (MSI), así como inspiración para el colectivo de artistas e intelectuales que han planteado al régimen cubano su mayor desafío simbólico de los últimos años.

Otero se atrincheró con otros 13 disidentes en su casa del barrio de San Isidro para exigir la liberación del rapero aficionado Denis Solís, condenado a 8 meses de cárcel por desacato, y se declaró en huelga de hambre ante la presión de la Seguridad del Estado.

Varios días después, la policía política los desalojó a todos por la fuerza. Esto prendió la mecha de la indignación en el gremio de la cultura. El pasado viernes 27 de noviembre, mientras Otero Alcántara se recuperaba en un hospital al que llevaron por la fuerza, más de 300 creadores de todas las ramas protagonizaban una inédita concentración frente al Ministerio de Cultura en La Habana, para exigir libertad de expresión y el cese del hostigamiento policial.

A “Luisma”, como lo llaman sus amigos, la Seguridad sacó el martes de esta semana del hospital. Pero el miércoles fue arrestado y liberado a las pocas horas, para presionarlo y no acuda a una prometida reunión con autoridades del Mincult.

La dictadura acusa a Otero Alcántara y sus compañeros de recibir financiación de EE.UU. para socavar el sistema controlado por el Partido Comunista y desestabilizar el país. Como parte de la campaña difamatoria en su contra, los medios de propaganda estatales divulgaron un video en el que el artista saluda en la calle a Mara Tekach, que era entonces la jefa de misión diplomática de EE.UU. en La Habana.

El líder del MSI asegura en entrevista con la agencia EFE, que tales acusaciones de la dictadura se deben al “síndrome del enemigo. Lo que te ponen como etiqueta cuando cuestionas al régimen”.

“Yo no trabajo para EE.UU. Soy artista independiente, vivo de mi arte. Desde niño te dicen 'tú eres mercenario, trabajas para la CIA', y te preguntas, ¿no habrá simples mortales que hacen las cosas por convicción, porque se cansan de las tiendas MLC (en dólares) y las aberraciones de todos los regímenes del mundo?”, explica.

Otero Alcántara dice que no ha recibido dinero de EE.UU., aunque como cualquier artista “estaría dispuesto si una beca o fundación quisiera financiarme”.

Sobre su contacto con la ex encargada de negocios, es transparente: “Es una diplomática. Lo mismo puedo reunirme con Mara Tekach que con el embajador de Francia, con mi amigo de la embajada de Holanda o el de la UE. Igual que con el presidente [cubano, Miguel] Díaz-Canel si un día quisiera hablar conmigo”.

El joven se define como un artista que intenta “incidir en la realidad cubana”.

“Hago un arte social que cuestiona la realidad en la cual vivo, y el régimen me ha perseguido por eso y me ha metido preso. Mi enfrentamiento es para hacer mi obra. He expuesto en las mejores galerías de Cuba y en escenarios internacionales como los museos Pompidou y de Arte Contemporáneo en Francia”, declara.

Sobre el financiamiento de las acciones del MSI, expone: “Cada uno de nosotros tiene sus proyectos y su manera de sobrevivir en el día a día del cubano. Vendo mi arte y financio otro proyecto, Amaury [Pacheco] edita sus videos, Michel [Matos] escribe para medios... Cada uno tiene su oficio y logramos (…) ayudarnos”.

Luis Manuel Otero afirma que el posicionamiento político del MSI es “pluri”.

“Puede haber alguien que ame a Trump. Yo no amo a Trump. Hay de la comunidad LGTBI, negros, blancos... Yo, por mi parte, soy un humanista. En Cuba no se habla de izquierda o derecha. Se habla de pan, de pollo, de tiendas MLC, de sobrevivir con un poco de picadillo, de encontrar zapatos para tus hijos... Cuando esas necesidades se satisfagan y Cuba sea un país libre, veremos si tengo energía para cultivarme sobre izquierda, derecha o centro”.

Las ideas de cambio para Cuba que tiene Luis Manuel Otero son claras y directas: “Quiero cambiar una dictadura a un sistema democrático y libre. Quiero que haya libertad de expresión, de poder moverme por las calles. En Cuba no existe libertad”.

Ante una pregunta de Atahualpa Amerise, periodista de EFE, sobre el plantón del 27 de noviembre, dice que se sintió “feliz, agradecido”.

“Se cumplieron nuestras expectativas. Cuando veo que todo el trabajo que hemos hecho en tres o cuatro años está teniendo respuesta entre la juventud y el sector cultural, yo felicísimo, porque la sociedad civil cubana se está despertando y articulando”, asegura.

“Siento que ya el cubano está cansado de la bota del régimen encima: te pongo una tienda MLC sin contar contigo, mañana te subo los precios de los alimentos, pasado mando a tu mamá a una misión médica y te digo que es por el bien de la humanidad y no para quitarle el 80 % de su salario”.

Asegura que la huelga de hambre, le hizo “entender el amor, la preocupación del otro por ti. Y despertó a un montón de gente”.

Sobre las particularidades del método represivo en Cuba, Otero expresó: “hay una violencia en silencio. Si comparas esa detención exprés con los muertos en Colombia o los secuestros en México, dices 'en Cuba no pasa nada'. Pero yo he estado más de 40 veces en un calabozo durante 2 años. Calabozos del Estado cubano. Estamos traumatizados y por eso la gente tiene que emigrar. El 10 de diciembre es el cumpleaños de mi hijo y no podré ir a verle porque es el Día de los Derechos Humanos y no me dejarán salir”.

Aunque no tiene pensado retomar huelgas de hambre por ahora, el artista y activista dice que no dejará de luchar.

“En los últimos tres años hemos aprendido a articularnos. Los próximos días seguiremos luchando por la libertad de Denis y construyendo una Cuba libre. Esa es mi prioridad”.

Sobre un hipotético encuentro con funcionarios del régimen, explica que “la esperanza no está basada en el diálogo con el Ministerio de Cultura sino en los cientos de jóvenes que estaban fuera del ministerio”.

“Que el régimen tuviera que hablar de diálogo y exponerse a la opinión nacional e internacional. Si al final no dialoga va a quedar mal con toda esa gente y a exacerbar más la molestia, la falta de fe que tiene la gente en ellos”.

 

(Fragmentos de una entrevista concedida a la agencia EFE)

 

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