El importante funcionario castrista Marino Murillo Jorge, conocido como el “Zar de las reformas” –que se aplican donde no deben y no terminan de destrabar el camino a la prosperidad del país–, es uno de los ejemplos más claros del sálvese-quien-pueda que en la práctica impulsan, contrario a lo que perora el mandatario títere Díaz-Canel, los dirigentes castristas con su mal llamada “Tarea Ordenamiento”.
Este lunes, en el programa de propaganda Mesa Redonda, Murillo informó sobre los reajustes económicos que viene haciendo la dictadura para mantenerse a flote luego del difícil año 2020, esos que entre “tarifazos” de servicios y subidas de precios productos, así como recortes de subsidios y prestaciones sociales, traen descontentos a millones de cubanos.
En la emisión televisiva gubernamental, lució menos sensible que una roca el prominente miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, y jefe de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, estructura encargada del dilatado proceso de reformas económicas conocido como “la actualización del modelo” del fallido socialismo caribeño.
Marino Murillo dijo que, “[con] el envejecimiento poblacional de más del 21 % con personas de más de 60 años no es posible que toda la responsabilidad [social por los ancianos] caiga en el Estado cubano”.
“Tiene que haber también una responsabilidad de la familia”, terció Murillo.
A continuación, comenzó un lamentable y enrevesado análisis, que parecería sugerir a las sufridas familias de la isla -que realizan malabares para llegar a fin de mes en un país pobrísimo, de bajos salarios y agudo desabastecimiento-, que si los ancianos la están pasando mal es porque los cubanos no se ocupan de sus mayores.
“Yo creo que el que más y el que menos en el núcleo familiar en Cuba tiene un adulto, solo por términos estadísticos, porque en cada núcleo familiar en Cuba hay 2.87 personas, y si tenemos el 20 % con más de 60 años, es muy difícil encontrar un núcleo que no tenga un adulto mayor”, afirmó sin rubor en la televisión nacional.
Ergo, ocúpense de su atención y déjennos al Estado castrista seguir robando en paz.
Con recientes apariciones de dirigentes de distintos niveles, el castrismo trata de apaciguar el descontento mostrado por los cubanos en redes sociales, respecto, entre otras cosas, al precio de los magros almuerzos en comedores para ancianos de bajos recursos. El régimen ha llegado a asegurar que “revisa” la abrupta subida del costo de esos sitios.
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Grisel de la Nuez, directora provincial de Finanzas y Precios en La Habana, aseguró que “la política de precios aplicada con vistas al Ordenamiento Monetario es sometida a una profunda revisión por las autoridades”, informó la oficialista Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Durante una comparecencia reciente en el programa televisivo Hola Habana, la funcionaria dijo que para “satisfacer y corregir los asuntos que más insatisfacciones han suscitado en la población”, el Ministerio de Finanzas y Precios revisa los precios mayoristas de todos los suministradores que inciden en la alimentación y otros servicios, pues existen “reservas de margen que facilitan rebajar”.
Hizo énfasis en las criticadas tarifas de los alimentos en comedores del Sistema de Atención a la Familia (SAF), que ofrecía comidas subsidiadas a ancianos pobres.
En el caso del SAF, la funcionaria reconoció a la ACN que 21 pesos (promedio diario, puede llegar a 26) continúa siendo alto para las personas que mayoritariamente se benefician de este servicio, y también “se estudia cómo reducirlos”.
Aunque la dictadura insiste que es “socialista”, que bajo su dominio “nadie quedará desamparado”, y que no aplica con su Tarea ordenamiento un “paquetazo neoliberal”, lo cierto es que las nuevas medidas económicas son duros golpes a los bolsillos y el poco bienestar de los sectores más vulnerables de la sociedad.