Olvídese del avestruz, serán las codornices quienes supuestamente aportarán carne a los platos santiagueros

Las ocurrencias para paliar la crisis alimentaria en Cuba no tienen fin y Santiago de Cuba quiere ser vanguardia en la emulación de quién idea más. La semana pasada fue la berenjena, ahora la codorniz
Lázaro Expósito comprobando las jaulas. Foto: Sierra Maestra
 

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Las ocurrencias para paliar la crisis alimentaria en Cuba no tienen fin y Santiago de Cuba, la tierra caliente, quiere ser vanguardia en la emulación de quién idea más.

La pasada semana ya dimos cuenta de cómo en esa provincia, con la guía del celebrado secretario provincial del Partido Lázaro Expósito, ahora en funciones de presidente del Consejo de Defensa Provincial por la contingencia sanitaria, se estaban explorando las potencialidades de la berenjena para conformar diversos platos que acudiesen a la casi siempre carente mesa del cubano, específicamente del santiaguero.

La berenjena seguiría así a otras muchas especies animales y vegetales que han intentado consolidarse, o mejor dicho, han intentado los detentores del poder y la sabiduría alimenticia de la llamada Revolución, período de escasez alimentaria y mercantil que ya va por más de 60 años, que se consoliden como alternativa única y esencial para que no haya carencia proteica.

Entre éstas especies, por sólo citar algunas a la ligera, destacan el gandul, el noni, la moringa, el avestruz, la jutía –aunque está en peligro de extinción-, el limón y la caña de azúcar, esta última hecha guarapo.

El avestruz acaparó los reflectores el pasado año por obra y gracia de Guillermo García. Sin embargo, y ante su ausencia al pase de lista de los comensales cubanos en estos tiempos de coronavirus, Expósito y los innovadores y paliadores de crisis en Santiago, la actual y las venideras, están volteando la mirada a otra ave, con quizás menos carne, pero de más fácil cría.

Se trata de la codorniz, ave que además de carne puede proveer huevos con muy buenas propiedades nutritivas, pero pequeñitos al punto de que deben consumirse en cuartetas cuando menos.

Expósito es muy pragmático y sabe que aunque sea la base de todo, de limonada no vive el hombre, por lo que aparentemente instará a los productores santiagueros a producir codornices y pollos como medida encaminada a “impulsar las alternativas alimentarias ante la crisis económica que se avecina y que demandará la producción de la mayoría de los alimentos en territorio nacional”.

Así lo refiere el oficialista Sierra Maestra, que recientemente dio cuenta de la “comprobación” que Expósito y la vicepresidenta del Consejo de Defensa Provincial, Beatriz Johnson Urrutia, hicieron de la “construcción experimental de jaulas” para la cría de las referidas aves.

En esa actividad de alto valor político, como sólo lo son en Cuba las reuniones, los actos y los recorridos de los principales dirigentes, que no líderes, “varias entidades mostraron sus prototipos de jaulas”.

“Para ganar eficiencia y productividad… los directivos empresariales conciliaron las técnicas constructivas, los materiales más los costos, así como la política de comercialización a seguir, una vez que los niveles productivos lo permitan”, detalló el Sierra Maestra, que además subrayó que las máximas autoridades santiagueras “mantienen entre sus prioridades el fomento y la supervisión de todas las iniciativas viables para potenciar la producción local de alimentos”.

“En tal sentido estudian constantemente las tendencias e innovaciones tecnológicas en el mundo que permitan su adaptación a los recursos y condiciones locales”, concluyó el medio oficialista, sin percatarse que esa última observación tecnológica no aplica sobremanera al ensamblaje de jaulas de toda la vida.

En definitiva, ya muchos cubanos criaron pollos y codornices en aquella temporada de los 90 de esa serie cubana sin fin que es el periodo especial, y para ello no requirieron de jaulas avanzadas desde el punto de vista tecnológico ni de reuniones ni comprobaciones de los dirigentes.

Como quiera que sea, queda claro que se está claro en Cuba sobre lo que se viene. Todo peor que ahora, donde ni el avestruz, cocodrilo, jutía, limón o guarapo han resuelto los problemas cárnicos diarios en la alimentación. Llega nuevamente el turno de la codorniz, pequeña ave que ahora tendrá sobre sí un gran peso: aportar carne a los platos santiagueros primero, para después hacerse extensiva a toda Cuba.

 

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