El destacado presentador cubano Carlos Otero hizo un llamamiento en redes sociales a la policía cubana para que se pusiera de lado del pueblo y reprimidos por el régimen castrista.
“No reprimas y maltrates más a los tuyos, ellos son tus hermanos. Cuelga el uniforme y únete a tu gente. Policía Cubano tú también puedes ser parte del cambio. #cuelgaeluniforme”, escribió el artista al costado de una imagen donde se observa el uniforme de los agentes del orden de la isla.
La imagen y el mensaje de Otero, ha sido compartida un centenar de veces en apenas una hora. Al conductor radicado en Miami le llovieron los comentarios al respecto. Algunos a favor y otros con temor del papel de la policía en el movimiento de liberación de la isla.
“Estoy muy de acuerdo contigo Carlos, bendiciones, cada maltrato conlleva su propio karma y dios siempre estará presente para juzgar”, le dijo la usuaria María Victores.
“Al igual que tú, quisiera que la policía, el DTI, la SIM, el DSE y demás órganos represivos hicieran un stop y pensaran e hicieran una consulta con su yo internos y llegaran una conclusión (…) los pueblos tienen memoria y las cosas buenas se recuerdan con cariño ,las malas se recuerdan con rencor y odio. Ellos son parte del pueblo. Los gobiernos no tienen eso, cuando ellos no tengan esa posición que hoy poseen, los tiran a la basura, miren a su alrededor, a los atletas que venían cargados de medallas como están en la calle muertos de hambre y sin gloria”, le señaló Elieser González.
Finalmente como el escrito generó algo de polémica. Carlos Otero quiso aclarar algunos puntos de su mensaje dirigido a la policía cubana.
“Para la persona que me está acusando de incitar, con este escrito, al odio y la violencia parece que no entendió el significado de mis palabras. Esta no es la intención. Más bien es un llamado a los policías, QUE EXISTEN, que solo cumplen órdenes sin deseos de cumplirlas. Si usted no está de acuerdo o no le gusta lo que publico aquí, pues está en la página equivocada. Tengo la dicha de tener libre expresión, ¿y usted?”, concluyó el conocido Otero.