La profesora cubana Inés Casal Enríquez reflexionó en sus redes sociales que "a una nueva generación le importa la Patria, le importa la dignidad, le importa el decoro, y se unen los cubanos buenos, los de dentro y los de fuera, de la forma en que debieron estarlo siempre".
Casal Enríquez publicó un post en su Facebook donde hizo un recorrido desde los inicios de la llamada 'Revolución de 1959' hasta la actualidad.
"Primero fue el júbilo, que luego se convirtió en esperanza y confianza. Confianza en un líder que decía traer en el corazón las enseñanzas del Maestro. Y creíamos - creímos - que estábamos haciendo las cosas a nuestro modo, por primera vez. Pero hacíamos las cosas a la manera de un solo hombre. Aceptamos que nuestros enemigos eran los que, de alguna forma, no creían en el proyecto que se abría ante nosotros. No importaba que en ellos también estuvieran nuestros padres, o nuestros tíos, o nuestros primos, o nuestros hermanos, que emigraban buscando nuevas oportunidades o huyendo del comunismo, o simplemente buscando libertad", comienza su texto.
De acuerdo con Casal Enríquez, su generación se acostumbró a callar "para no buscarnos problemas, tratando de convencernos de que protestar o disentir de alguna forma era hacerle el juego al enemigo".
Según la cubana posteriormente llegaron el miedo y la tristeza.
"Ese miedo que le inculcamos también a nuestros hijos, pidiéndoles que callaran; total, si no se iba a cambiar nada. Luego llegó la tristeza, la inmensa tristeza de ver lo equivocados que estuvimos, el horror de conocer tantas historias ocultas, el desencanto de haber entregado la vida entera a una mentira", agregó.
Casal Enríquez culmina su publicación explicando que "hasta llegar a estos momentos en que a una nueva generación le importa la Patria, le importa la dignidad, le importa el decoro, y se unen los cubanos buenos, los de dentro y los de fuera, de la forma en que debieron estarlo siempre. Y vuelve el júbilo y la esperanza".
Inés Casal Enríquez, madre del artista visual Julio Llópiz Casal envió en diciembre de 2020 una carta al viceministro de Cultura, Fernando Rojas, debido al acoso contra su hijo y otros activistas cubanos.
"Te pido que trates, ahora sí desde tu deber como funcionario, de atajar a tiempo una campaña difamatoria y cobarde que se ha desatado en los medios de comunicación oficiales contra personas pacíficas que sólo han querido ser oídas", escribió entonces.