Vocero del castrismo llama "buitres" y "miserables" a dúo Gente de Zona

El director del oficialista Cubasí, perteneciente a Etecsa, vomitó contra Alexander Delgado y Randy Malcom por, según él, rendirse ante Otaola y hablar mal del "justo" y "humanitario" sistema cubano
Gente de Zona
 

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Era cuestión de tiempo que los caballeros templarios de la propaganda del régimen castrista la emprendieran contra los integrantes de Gente de Zona por explicitar sus criterios respecto a la realidad cubana, signada por una escasez creciente y las continuas limitaciones que una economía estatizada e insuficiente, y un sistema político totalitario, imponen a la cotidianidad de todos.

El elegido para dedicar varias líneas denigrantes a la popular agrupación fue M. H. Lagarde, director del sitio oficialista Cubasí, del monopolio de las Telecomunicaciones en Cuba (Etecsa), y uno de los más acérrimos defensores del régimen en internet y los medios oficialistas junto a Rosa Miriam Elizalde, Iroel Sánchez y otros.

Según el “distinguido” vocero de la dictadura, Alexander Delgado y Randy Malcom son, cuando menos, “buitres” y “miserables” al servicio de la mafia miamense, capaces de fingir lo que piensan por tan sólo garantizarse un futuro en el espectro de la música urbana latina.

Aceptar ese argumento es desconocer a grupos y artistas de la música cubana que nunca han querido pronunciarse contra el régimen y aun así han sido exitosos y premiados con distinciones como Grammys, Gaviotas de oro, etc. 

Lagarde sugirió en su vomitivo artículo de este miércoles que sólo se habla mal del gobierno cubano cuando se quiere caer en gracia a poderosos del mercado, en este caso la industria musical. Parece no le pasa por la cabeza que haya hombres y mujeres que se toman en serio sus derechos humanos y libertades y expresan sin reparo lo que consideran.

El punto de partida de Lagarde en su exposición sesgada e ingenua, para nada analítica o balanceada, es la convocatoria del Free Cuba Fest, un festival musical y artístico en favor de la libertad de Cuba, donde actuarán varios exponentes de la comunidad cubana residente en Estados Unidos.

Entre ellos estará Gente de Zona y para el vocero oficialista su presencia será el plato fuerte del evento, en tanto se materializará lo que para él es “la sumisión pública” del exitoso dúo reguetonero ante “el mediocre y llamado influencer Alexander Otaola, quien, meses atrás, organizó una campaña de odio para desterrar al dúo de Miami por agradecer la presencia del Presidente cubano en un concierto celebrado en La Habana junto a la cantante italiana Laura Pausini”.

El director de Cubasí estima que lo dicho por Alexander Delgado, quien afirmó no querer ver más al pueblo cubano sufriendo, ni careciendo de comida o siendo abusado por la policía, así como siendo víctimas de negligencia médica, son palabras huecas.

“Ninguno de esos influencers, que todos los días apoyan las presiones del gobierno de Estados Unidos para asfixiar al pueblo de Cuba, ha podido mostrar evidencia de alguna víctima del hambre por la pandemia en Cuba

De igual forma, resulta ridículo hablar de abuso policial desde el país donde miles de personas, de la misma raza de Alexander Delgado, son asesinadas todos los años por la policía. Y si de asistencia médica se trata, mejor que se preocupen por las más de 200 mil víctimas de la COVID-19 en esa nación”, apunta el oficialista, recurriendo una vez más a la estrategia de vender a Cuba como un país guiado por un régimen justo, humanitario y funcional.

Sin embargo, a él y toda la propaganda cada vez les creen menos. La realidad cubana pesa y sus palabras no pueden sostenerse por sí mismas. Gente de Zona es un claro ejemplo de cómo los talentosos pueden triunfar fuera del oficialismo y la comunidad cubana en Estados Unidos y muchos otros países prueban con sus vidas cómo se puede vivir dignamente en un país democrático.

Pobres, carentes de salud y víctimas de múltiples fenómenos como la inseguridad siempre habrán, pero ello no tiene por qué ser consecuencia necesariamente de las condiciones a las que somete un régimen dictatorial y opresivo. 

 

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