La prensa provincial cubana trae este sábado un sorprendente y malogrado artículo que deja saber algo que a más de uno llamará la atención. Resulta que a Lis Cuesta, “primera dama” de la isla por ser esposa del presidente Miguel Díaz-Canel, aunque oficialmente no exista en la isla el calificativo, le diseñan la ropa amigos cercanos a ella y el presidente.
Se trata de Frank Pérez Perdomo y Maribel Torres Torres, de la casa de moda Guayza que, según el diario Invasor, viste a la pareja presidencial cubana desde hace algunos años.
De acuerdo con el artículo del referido medio, fue aproximadamente en 2002 cuando se fraguó la amistad entre Cuesta y ambos diseñadores, momento desde el cual, a partir del éxito de la colección presentada por Guayza en la edición de Iberoarte de ese año, la casa de Frank y Maribel diseña prendas para sus políticamente relevantes amigos.
Si bien no hay nada de malo en ello, al contrario, el hecho y su destaque en un periódico oficial resulta cuando menos curioso dado la ola de críticas que el oficialismo y sus defensores lanzaron a aquellos que en noviembre pasado criticaron el vestido seleccionado por la esposa del presidente para recorrer La Habana junto a la reina Letizia.
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A los críticos los tacharon de burlones, superficiales, consumistas, banales y un sinfín de calificativos más. Supuestamente, la seriedad de la política cubana no reparaba en detalles tan insignificantes o irrelevantes como cuál prenda vestir en cada momento. Total, en la isla se acostumbra que desde hace muchos años quienes realmente dirigen vistan con uniforme militar y ya está.
Sin embargo, el artículo de hoy parece indicar lo contrario y resulta que sí es noticiable destacar quién diseña ropa para Lis Cuesta y Díaz-Canel. Se mencionó que era un artículo malogrado precisamente por esas incoherencias, y por el desafortunado recurso al que apela para tratar de justificarse y dar a entender que su publicación no hace guiño alguno a la prensa rosa, que tanto se descalifica en el discurso oficial cubano.
Desde la perspectiva de lo publicado, la relación de la pareja presidencial con los modistas avileños de Guayza es relevante porque sugiere “una historia de amistad que empezó por la ropa”, cuando Lis Cuesta quedó maravillada por los diseños de Frank y Maribel en Iberoarte.
No obstante, en ningún momento, salvo por las fotos, se logra destacar esa historia. Lo que trasciende es el talento de los diseñadores de Guayza, innegable por lo contado, y su historia de emprendimiento y superación. Todo quizás para entredecir, a poco menos de dos meses del episodio del vestido, que la “primera dama” sabe vestir y viste bien.