Los cubanos Ileana Álvarez y Francis Sánchez llevaban menos de dos años en Madrid, “tratando de empezar casi de cero una nueva vida”, cuando ambos se contagiaron con el coronavirus que ha castigado con fuerza a España.
A mediados de abril vencieron la enfermedad. Ahora, por primera vez detallan sobre lo que vivieron: sus angustias, su fe, el apoyo de cubanos de todas partes del mundo… El relato de Francis Sánchez, escritor y director de la revista cultural independiente Árbol Invertido, desmitifica la idea que prevalece en Cuba -azuzada interesadamente por el gobierno- sobre que la atención de salud en todos los países extranjeros es impagable, sobre todo durante la pandemia de la COVID-19.
Los intelectuales cubanos se curaron gracias a los servicios públicos de España, y como sucede en muchas naciones de Europa no tuvieron que dar “ni un centavo”. Sánchez publicó en su perfil de Facebook un texto donde narra la experiencia de él y su esposa, lo que se puede describir como una carta de agradecimiento y esperanza.
“Hemos sobrevivido, una vez más, ahora al coronavirus. Por fin podemos enviar este mensaje (…) con la tranquilidad suficiente para decirles gracias a todas las personas que se han preocupado por nosotros, en especial quienes hicieron una cadena de oraciones cuando Ileana estuvo ingresada y parecía que nos quedábamos a oscuras. Nos hicieron sentir acompañados en este exilio y esta soledad a que obliga el confinamiento de la infección”, comentó.
La editora y periodista Ileana Álvarez empezó con fuerte dolor de cabeza, fiebre y náuseas el 31 de marzo, y desde ese mismo día, cuenta su esposo, decidieron separarse de sus hijos y aislarse. Días después son remitidos para el hospital público “La Princesa”, por tener baja saturación de oxígeno en sangre; además, Ileana sufría mucha taquicardia e hipotensión.
En el hospital les hicieron todos los estudios clínicos, determinando que ambos padecían coronavirus. Ileana se encontraba en peor estado, sufría neumonía y además inflamación de algunos órganos -junto con el riesgo de padecer de la presión- por lo que se determinó ingresarla.
Francis Sánchez relata que ella permaneció ingresada hasta el miércoles 8 de abril. A él ese día no le hicieron el test (eran escasos en esos momentos); su radiografía estaba bien, aunque igualmente le diagnosticaron el contagio.
“Al darle el alta hospitalaria a Ileana, ella empezó a recuperarse lentamente, pero yo a empeorar con una serie de síntomas en los que por suerte nunca llegó la temida falta de aire, sí fiebre muy alta, náuseas, diarreas, dolores musculares, cefalea, pérdida del gusto y el apetito, y muchísima tos…”, contó el cubano, a quien el 9 de abril le hicieron el test y se confirmó el diagnóstico.
Al parecer, uno de sus hijos estuvo contagiado también, aunque sin mayores consecuencias. “No se ha hecho el test, no ha tenido síntomas serios, pero sufrió pérdida del gusto y el olfato, junto con pérdida del apetito durante varios días”, agregó.
El editor cubano, quien lleva adelante la revista Árbol Invertido como un punto de intersección entre cultura cubana y libertades, detalló además que “ningún servicio de salud, ninguna consulta, ningún tratamiento hospitalario, ningún análisis o prueba especializada, nos ha costado en España ni un centavo, jamás”.
“Algunas personas, desde Cuba, nos han escrito preocupadas por cuánto dinero nos costó la asistencia hospitalaria”, expresó. Aunque no quiso extenderse en cuestiones políticas, Sánchez reconoció que “realmente hay mucha desinformación general, como mismo yo estuve desinformado mucho tiempo y tenía mitos infundados (…)”.
Según el cubano, fue atendido con “gran calidad, alta tecnología, y los profesionales de primer nivel, con un trato excelente y una consagración ejemplar”, del hospital “La Princesa”.
“Todavía, un mes después, nos llaman por teléfono cada día y nos siguen atendiendo desde nuestro Centro de Salud”. Solo tuvo que pagar un 40% del costo real de los medicamentos.
Cuando Ileana -directora de la revista feminista Alas Tensas- ingresó, la situación en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en España empezaba a mejorar. “Te estás curando junto con Madrid”, le dijo en el hospital su esposo, dándole ánimo.
Sin embargo, la pareja de exiliados teme tener un retroceso: “el virus afecta también la mente, provocando un estado de inseguridad hipocondriaca. Creíamos, queríamos creer, que en unos 14 días nos sentiríamos bien. Pero no. Dolores musculares, fatiga, tos, palpitaciones, se han mantenido más allá (…) Aunque nos sentimos mejor, y nos damos por curados, la recuperación completa es algo más lenta”.
Ante “teorías” sobre si el coronavirus es real o no, el cubano responde que “así de real como que existe un país tan grande (demográficamente) y con un sistema tan totalitario como China, existe un nuevo bichito microscópico multiplicándose ahí afuera”.
Francis Sánchez asegura que la experiencia lo ayudó a “valorar cosas aparentemente tan simples que no las veíamos y de pronto descubres que son las más grandes. No quisiera que jamás la política me distancie de una persona querida, por ejemplo”.
“Al parecer el mundo se aboca a una crisis económica, una gran escasez, pero en compensación quizás estemos más preparados para ser felices con menos”, concluyó su “carta de agradecimiento y esperanza”.