El 27N pide un nuevo diálogo con Alpidio Alonso Grau y Fernando Rojas

El grupo 27N dirigió una carta abierta y colectiva al Ministerio de Cultura en búsqueda de una solución a la represión desatada por el régimen en contra de quienes disienten
Grupo 27N. Hypermedia Magazine
 

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El grupo 27N, que aglutina a los protagonistas del plantón frente al Ministerio de Cultura el pasado noviembre, continúa abogando por el diálogo con la institucionalidad cubana.

Los artistas e intelectuales que componen este grupo dirigieron ayer 27 de diciembre una carta abierta y colectiva al ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau y a su viceministro Fernando Rojas.

La misiva tiene el propósito de frenar la ola de represión que desata el régimen contra quienes tienen inclinaciones políticas diferentes. Entre los firmantes figura el periodista y director de la Revista El Estornudo, Carlos Manuel Álvarez, quien ha sido víctima del acoso del régimen en las últimas semanas.

A continuación, ADN Cuba replica el documento que aboga por la palabra como medio de cambio y evolución.


La Habana, 27 de diciembre de 2020

“Que sea el amor y la poesía lo que una a este pueblo”

A: Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura; Fernando Rojas,
viceministro de Cultura 

El 27 de noviembre, un grupo de artistas e intelectuales llegamos a las puertas del Mincult convencidos del papel de la institución como ente que debe representarnos. Apelábamos a su sentido de responsabilidad, así como a su función de mediadora y garante de los derechos de quienes trabajan en o para la cultura, tanto desde entidades del Estado como desde un posicionamiento independiente. 

Fuimos, además, conscientes de nuestro compromiso con lo que sucede en el país al que aportamos. Consideramos entonces, y reafirmamos hoy, nuestra posición a favor de un diálogo ecuménico, constructivo y transparente entre cubanos preocupados por una patria con todos y para el bien de todos.

Escribimos esta carta colectiva y abierta con el propósito de seguir abogando por una solución a la escalada de injusticias, violencia y odio contra quienes tienen un pensamiento político diferente --no necesariamente contrario--, entre los que se incluyen ciudadanos de la comunidad artística e intelectual. 

Estimamos que el diálogo comenzó, o está en mejores condiciones para comenzar, porque se ha abierto un canal que se define por una intención de ninguna manera hostil. No aceptamos actos de violencia o vandalismo. No respondemos a intereses de gobiernos extranjeros. La petición pacífica de los que estuvimos frente al Mincult estuvo por definición negada a reconocer actos agresivos, y ello quedó demostrado ese día.

Vale recordar que, respetando la institucionalidad de este país, acudimos al organismo que debe ser nuestro interlocutor inmediato. Y si bien nos recibieron, fue a causa de la inédita presión generada. Las reuniones y sesiones de diálogo prometidas ocurrieron luego de modo selectivo, sin que la mayor parte de los 30 que fueron elegidos para representar a los más de 300 manifestantes pudieran asistir.

Creemos, sobre la base del respeto mutuo, que no es conveniente dejar fuera a ningún sector. Nuestras instituciones deben mostrarse atentas a las necesidades de todo cubano y al origen de su grito, a partir de la consideración de que ese grito no es gratuito.

Por ello declaramos lo siguiente:

1. Reafirmamos nuestra voluntad de continuar el diálogo iniciado la noche del 27 de noviembre. Queremos formar parte de uno verdaderamente inclusivo, respetuoso de las diferencias y que considere todos los matices de nuestra realidad. 

2. Invitamos una vez más a las instituciones y autoridades cubanas a promover, participar y no torpedear ese diálogo necesario para Cuba, y a que reconozca a todos los actores de la sociedad civil independiente como interlocutores válidos.

3. Reafirmamos nuestro método y espíritu de protesta y denuncia propositiva, abierta a la negociación, pacífica, cívica, respetuosa de las instituciones, a la vez que comprometida con las libertades, los derechos y el bienestar de los cubanos todos.

4. Resaltamos la necesidad de que las partes implicadas en el diálogo renuncien a la difamación, el linchamiento mediático, las descalificaciones, los actos de repudio o cualquier otra forma de violencia lesiva a la dignidad de la persona humana.

Nuestra confianza en la palabra como vehículo para el cambio nos hace abrazar esta carta, que hacemos pública al cumplirse un mes del primer diálogo con quien es hoy nuestro principal interlocutor. Insistimos en este objetivo, porque sabemos que nos asisten derechos legítimos y que sus frutos beneficiarán a toda la nación. 

Suscribimos la presente,

Adria Valdés Peyrellade
Alejandro Alonso
Alen Michel Aguiló
Amaury Pacheco
Aminta de Cárdenas
Anaeli Ibarra Cáceres
Ángel Santiesteban
Aryam Rodríguez Cabrera
Benjamín del Castillo
Camila Acosta 
Camila Lobón
Camila Rodríguez 
Carlos Manuel Álvarez
Carlos Melián
Carolina Borrero
Claudia Calviño
Claudia Ruiz
Dagoberto Valdés Hernández 
Daniela Muñoz Barroso
Eloy Viera Cañive
Fabiana Salgado
Fernando Fraguela Fosado
Geraldine Orta
Gretel Medina Mendieta
Helen Ochoa Calvo
Jorge Gómez de Mello
Jorge Ignacio Guillén
José Luis Aparicio 
Juan Carlos Sáenz de Calahorra
Julio Antonio Fernández
Juan Pin Vilar
Julio Llópiz-Casal
Katherine Bisquet
Karolina Guillén
Liatna Rodríguez López 
Luis Alejandro Yero
Luz Escobar 
Mandy García Torres
Mario Luis Reyes
Maykel González Vivero
Mijail Rodríguez
Miryorly García
Nelson Jalil
Nelson Julio Álvarez Mairata
Olga Elena Suárez
Paola Cabrera Rodríguez
Ranfis Suárez
Reynier Leyva Novo
Royma Cañas
Sandra Ceballos
Salomé García Bacallao
Solveig Font
Sindy Rivery
Tania Bruguera
Ulises Padrón
Victor Alfonso
Wendy Ramos Cáceres
Yoandy Izquierdo Toledo
Yunior García Aguilera

 

 

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