Aunque el CUC ha sido diagnosticado con enfermedad terminal y el gobierno reconozca que debe terminar la dualidad monetaria, este peso convertible sigue gozando de buena salud y se cotiza, contra viento y marea, a 24 pesos cubanos (CUP).
ADN Cuba preguntó en la calle a la gente qué pensaban del futuro del CUC y las opiniones estuvieron encontradas.
En la Cadeca de Jaimanitas hubo tiempo para preguntar a algunos que esperaban en la cola a que ésta abriera. El cajero había llamado por teléfono al custodio para decirle que llegaría un poco tarde porque la moto se le había roto y la gente se soltó a hablar.
Casi todos coincidieron que lo referente a la pronta desaparición eran falsos rumores para que la gente lo cambiara y así mover la moneda. Algunos condenaron al CUC, dijeron que debían haberlo quitado hace rato, que no debieron haberlo puesto nunca, pero reconocían que se mantenía con vida y pujando por seguir.
Otros lo defendieron, alegando que aún era necesario. Que era muy difícil desmontar todo lo que se había tejido en torno a él.
“Yo creo que fue un rumor que el CUC desparecería”, dice Albán, mecánico automotriz que es cuentapropista y acaba de firmar un contrato en CUC con una empresa. “Si lo fueran a quitar no me hacen firmar ese contrato que es por un año, en CUC. Con el rumor se aprovecharon para cerrar puertas. En Miami había lugares que tenían mucho CUC y los cambiaban a los que venían para Cuba de visita, ahí el Estado perdía. Ahora por el aeropuerto no se puede sacar ni meter un CUC”.
Otro que defiende al peso convertible es Milton, que vende cuadros en La Habana. A veces pinta, otras veces vende obras de otros artistas y comparte las ganancias. Para Milton el CUC es el dólar cubano. Piensa que es fuerte, que puede mantenerse.
“Observa las monedas que están circulando de 25 y 50 centavos de CUC”, dice. “Son nuevas, acabadas de hacer, del 2019. Los billetes también. Si lo fueran a quitar de verdad, no estuvieran imprimiendo billetes ni acuñando monedas. Su confección es un gasto grande para el Estado”.
El CUC fue la moneda ideada por Fidel Castro en el periodo especial para que fungiera como divisa en Cuba, cohabitando con el peso cubano como su hermano menor, al cual supera 24 veces en valor.
Nereida Basora, que es dulcera en Jaimanitas, tiene una venta diaria de cakes que confecciona ella misma. Sus precios oscilan entre los cinco y los 20 CUC. Dice que no le preocupa un cambio de moneda. La moneda que dejen le sirve, porque ella vive al día.
“El que tenga mucho dinero que se preocupe, porque nunca se sabe con qué se pueden bajar esta gente. A mí cualquier moneda me sirve, siempre que valga”.
El mayor dilema con respecto a la desigualdad entre las dos monedas estriba en los salarios. A los trabajadores cubanos le pagan en CUP, mientras que los productos en las tiendas se venden en CUC y aunque recientemente se ha liberado la restricción y ya pueden utilizarse las dos monedas, los precios en moneda nacional son a veces de susto, por la cantidad de dígitos en la conversión.
Elaine, enfermera de la tercera edad a punto de retirarse, necesita un colchón nuevo donde descansar en su vejez. En la tienda cuesta 150 CUC, lo que al cambio son tres mil 650 pesos.
“Una salvajada de dinero solo para un colchón. Necesitaría ahorrar 146 meses de salario para reunir el dinero para comprarlo. Un tiempo que estoy segura no viviré. Si quitan el CUC entonces tienen que bajar los precios, algo improbable en medio de esta crisis que no se acaba”, especula, en medio de una incertidumbre que comparten muchos cubanos.