Osmel Ramírez es periodista de Diario de Cuba y de Havana Times. Natural de la provincia de Holguín, en estos momentos es uno de los activistas de la sociedad civil cubana más reprimido por el régimen.
Posee el récord de más días consecutivos regulado para salir del país, uno de los nuevos métodos utilizado por la Policía Política para coartar el desarrollo profesional de opositores y activistas, impedir su participación en eventos internacionales y su interacción con grupos del exilio que luchan también por la libertad de Cuba.
Ramírez accedió a hablar con ADN Cuba sobre su desempeño en los medios alternativos y sus acciones pro democráticas en su localidad.
ADN Cuba: Háblanos de tu formación académica y política y cómo llegaste a la oposición.
Osmel Ramírez: Soy biólogo de formación. Estudié en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, y me gradué en 1998. Ya en primer año descubrí mi mayor inclinación por las ciencias sociales, pero mis compañeros y un profesor muy estimado me desanimaron a cambiar de carrera para Historia, Sociología o Periodismo.
Aunque me gustan la Biología y todas las ciencias, e hice carrera científica, primero en el instituto de investigaciones de la caña de azúcar (INICA) y luego en Salud Pública, en entomología médica y estudios citogenéticos, mi tiempo libre era para la historia, la política y la filosofía.
Por eso, cuando categoricé como profesor adjunto en la Universidad de Moa, elegí asignaturas como Historia y Filosofía para impartir. Y me iba muy bien con mis alumnos, fue una etapa fecunda para mí en todos los sentidos.
Pensando en Cuba, leyendo a Martí (porque soy muy martiano), me brotó un deseo irresistible de ser útil y participar en la cosa pública, para que tengamos un país mejor. Pensé mucho en la posibilidad de que el socialismo radical que nos tiene estancados mutara hacia un socialismo democrático, paulatinamente.
No sólo libertad económica sino también política. Escribí mis ideas y antes de mostrarlas ya la Seguridad del Estado me detuvo, confiscó mis escritos y sospechaban como siempre que estaba “el enemigo” detrás. Yo como cubano era para ellos incapaz de pensar. Me bloquearon donde quiera que fui y mi deseo de ser útil era como una represa sin aliviadero. Hasta que di casualmente con una entrevista a Circles Robinson en una revista católica y copié su email. Le escribí y me aceptó como colaborador. Me hice periodista independiente y pronto comencé a colaborar con Cubaencuentro y Diario de Cuba. Así ocurrió.
ADN Cuba: ¿Qué opinas de las regulaciones de viajes? ¿A qué crees que se debe que unos salgan y otros no?
Osmel Ramírez: Regular la libertad de viajar, limitar ese derecho humano a la libre circulación, es una de las armas más importantes y eficaces del sistema político cubano hoy día para sostenerse y ralentizar el avance del cambio que el país necesita. Pero lamentablemente una gran parte de la oposición no lo percibe así y lo subvaloran.
Más bien en el exterior, donde más sucede, creen que es una virtud opositora no visitar la isla. Y es un error. Los tanques pensantes del sistema son más hábiles que los tanques pensantes de la oposición, es prudente reconocerlo. El sistema sabe que no es bueno para ellos la libre circulación de los que pasamos la raya y también usa la regulación para coaccionar a los migrantes, para que no participen en política.
Por eso tantos artistas y la mayoría de los emigrados se limitan a no opinar o usar seudónimos y la inmensa mayoría posan de apolíticos para no ser regulados y poder visitar a su propio país, a la familia. Juegan con esos sentimientos naturales. Es una aberración, un crimen de lesa humanidad que debemos visibilizar y combatir como una prioridad.
La táctica de regular a unos sí y otros no, y a unos por pocos días y otros mucho tiempo, como yo, creo que es para no tener una regla exacta y poder defender la tesis de que dejan viajar opositores.
Otro objetivo es sembrar desconfianza entre los opositores sobre posible infiltración y promover celos. También lo usan en situaciones específicas, cuando quieren reaccionar a presiones de los EUA.
ADN Cuba: Recientemente se aprobó en Cuba una nueva Constitución y se eligió un Primer Ministro, danos tus apreciaciones sobre estos hechos y cómo influirán en el futuro de Cuba.
Osmel Ramírez: El PCC tiene una dictadura férrea en Cuba y la idea socialista que tal vez pudo motivarlos al principio es solo una excusa, una estrategia comunicacional hipócrita para mantener el monopolio del poder. A ellos no les interesa otra cosa, menos aún fomentar la democracia.
Nada de lo que han hecho significa voluntad de mejoría ni avance. El hecho de que los cargos principales de gobierno dejen de estar concentrados en una sola persona, o se asuma una nomenclatura un poco diferente, no cambia nada porque el modelo sigue siendo antidemocrático.
No ha habido ningún cambio, es solo un barniz para dar una satisfacción a los que quieren invertir en Cuba y están buscando una excusa, cualquier espejismo les sirve. Pero si en ese afán de aparentar lo que no son dejan algún pequeño espacio o resquicio que podamos aprovechar desde la acción cívica para potenciar más espacio democrático y capacidad de lucha, tenemos el deber de hacerlo. Creo que es suicida autocensurarnos.
ADN Cuba: El movimiento opositor está constituido por plataformas, grupos y proyectos políticos, ¿cree que existe una coordinación de trabajo entre ellos? ¿Hay alguna línea común que los une en una sola dirección y el mismo objetivo? ¿Pudieras definir a tu criterio cuales son las principales fortalezas y debilidades de la sociedad civil?
Osmel Ramírez: Existen numerosos proyectos, movimientos políticos, partidos y grupos de lo que se denomina Sociedad Civil. A veces no hay una diferenciación exacta por la condición de ilegalidad. Muchos radican fuera, pero la mayoría creo que ya están irradiados entre la isla y el exterior. En la oposición cubana ocurre la natural diversidad política que se da en cualquier sociedad, el problema se da en la incapacidad de lograr la unidad de todos en una cara visible.
Somos, y me incluyo por cortesía solamente, marionetas en manos de nuestras debilidades y miserias, y principalmente en manos de la Seguridad del Estado que las aprovecha y saca ventajas.
La sociedad política, o lo que aspira a serlo en Cuba, tiene por eso menos impacto en nuestro pueblo que la Sociedad Civil. Es como si hablaran otro idioma y el pueblo no los comprende, por eso no confía. Las personas han sido manipuladas toda la vida para temerle al Cambio y rechazar a aquellos que lo proponen.
Hace falta ser “políticos”, porque el adversario es hábil seduciendo. Ahora mismo, por hacer esta autocrítica voy a ser catalogado por algunos de “comunista”, o “seducido” por el régimen. Esa actitud es fatal.
Entre los opositores cubanos predomina la crítica al pueblo. Lo llaman “carnero”, por ser cómplice del agobio que los oprime y no hacer nada. Y creo que el problema está en nosotros mismos, los encargados de despertar al pueblo. Es mi punto de vista.
Necesitamos un cambio de paradigma de lucha política y social, para poder tener éxito. Creo que, desde el periodismo independiente y el activismo en las redes sociales, tenemos herramientas para conseguir ese cambio de mentalidad y por consiguiente del accionar.
Es un imperativo no tenerle miedo a enfrentar con paciencia y pedagogía la vieja mentalidad y poco a poco avanzar, para más temprano que tarde conseguir la libertad y la democracia que necesitamos en Cuba.