La escasa producción agrícola en Cuba es otro de los motivos para el desabastecimiento en los mercados y que los cubanos no tengan nada que comer. Comprar frutas y vegetales en puntos de venta estatales es más que una odisea, una utopía. El régimen no puede ni surtir su red de establecimientos.
La Habana, como capital de la Isla, recibe suministros del resto de los territorios sin embargo, un artículo del periódico oficialista Tribuna de La Habana, refiere que las provincias Mayabeque y Artemisa no cumplieron sus entregas a la Habana en el mes de agosto, por eso creció la escasez.
Julio Martínez Roque, coordinador de distribución de alimentos del Gobierno de La Habana dijo admitió la complejidad de la situación alimentaria porque existe desabastecimiento en los mercados tanto estatales como arrendados “atribuido a que los niveles productivos no permiten abastecer los mercados como debe ser”.
La reducción de los suministros no solo ocurre en La Habana donde Tribuna asegura que hay “yuca, aguacate, guayaba, plátano, calabaza y cebollino”, aunque para los dirigentes del país solo exista la capital. En otras provincias las únicas viandas que se ofertan son plátano y malanga y las demás cuando aparecen comprarlas es casi un lujo.
Varios puntos de venta en la capital dependen de los productos de Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) de Artemisa y Mayabeque. En el Cerro por ejemplo algunos puntos de venta arrendados solo reciben mercancías una o dos veces por semana porque no hay transporte.
“En intercambio con vecinos, se conoció que la rotación y las cantidades no consiguen satisfacer la demanda de los pobladores de los consejos populares Latino, Palatino y Cerro. Dos de los cinco puntos de esa CCS en el territorio, estaban cerrados al momento de la visita, por carecer de productos”, informó el medio estatal.
La vicepresidenta de la CCS Camilo Cienfuegos Belkis Lastra Romero comunicó que “Se han reducido las entregas porque han disminuido las cosechas, no se sembró en enero-marzo lo que se debía y además, han bajado los rendimientos ante la carencia de los insumos”.
Como ya es costumbre en la prensa estatal alguien tiene que cargar las culpas y no será el régimen. La tormenta tropical Laura, cuyo paso por la Isla fue irrisorio a pesar de las muchas horas sin servicio eléctrico que sufrieron los cubanos, es ahora la culpable del desabastecimiento.
Laura dañó los cultivos de plátano, al punto de perder unas 200 toneladas de plátano vianda, fruta y burro.
Valdés propuso cuatro puntos para resolver la situación dentro del país, estos van desde reformas estructurales hasta la liberación del sector privado, cambios que nada convendrían a la cúpula del poder en Cuba.