Ley de Protección Animal contra tradición

A lo largo de la Isla existen más de dieciséis fincas o plazas, dedicadas esencialmente a la exportación de gallos finos para Ecuador, México, Panamá y Puerto Rico
Ley de Protección Animal contra tradición
 

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Tras los anuncios del régimen en la Isla de que “en los próximos meses y años se aprobarán nuevas leyes sobre temas trascendentales por su alta sensibilidad”, autoridades provinciales en La Habana, Mayabeque y Artemisa han tomado medidas y operativos contra criadores de gallos finos y vallas de pelea. 

La posible aprobación de una Ley de Protección Animal ‒que sería presentada por el Ministerio de la Agricultura (MINAGRI) ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) en el presente año‒ “no analiza ni diferencia entre las apuestas ilegales y una práctica tradicional en el país que es criar y pelear gallos”, cuestionó Antonio, gallero de Mayabeque que lleva más de cinco décadas dedicado a su única pasión: criar gallos finos.

“Criar gallos finos no puede constituir un delito, eso es un absurdo que además pretende borrar una tradición de siglos en este país. Quedar bien con los protectores de animales no puede significar dar la espalda a la historia”; añadió Antonio Nápoles a quien hace dos semanas le decomisaron tres gallos y le impusieron una multa de quinientos pesos mientras se dirigía “a casa de un compadre” para toparlos y “así elegir las mejores razas para crianza”.

Al igual que Nápoles, más de una docena de galleros coincidieron en que la aprobación de una Ley de Protección Animal es una cuestión totalmente política, “para quedar en buenas ante los protectores de animales” quienes en los últimos meses han protagonizado disímiles protestas y manifestaciones públicas a lo largo de la Isla.

“Los reclamos de los protectores de animales son legítimos, pero el Gobierno no puede tirar el sofá por la ventana, y se tiene que llegar a un consenso porque dentro del maltrato animal se está incluyendo todo y eso tiene más de perreta que de razonamiento”; atajó Eulalio Castro, criador de gallos en Artemisa.

“No porque seamos güajiros y campesinos somos brutos o ignorantes. Si vamos a hablar de maltrato animal, entonces hay que incluir al tratamiento de los animales del zoológico, las prácticas de Zoonosis y el modo en que se crían y sacrifican a los animales en los mataderos”; señaló Castro, a quien decomisaron una “valla abierta” de entrenamiento de gallos finos en los terrenos de su domicilio.

Al menos tres funcionarios del MINAGRI consultados, y que pidieron no ser identificados, concordaron en que cualquier operativo contra vallas de gallos finos debe tener en cuenta el horario y el lugar, pues están permitidos “los topes” de galleros que simplemente “corren estos gallos en busca de lograr mejores razas”.

“Lo que está prohibido por ley son las apuestas ilegales y, por consiguiente, las vallas que se hagan con este fin único. La práctica de crianza de gallos finos no está prohibida, hasta el momento”; reconoció uno de los funcionarios, sin embargo, no pudo explicar cómo el MINAGRI asesorará a las autoridades policiales en este sentido.

En Cuba la prohibición de “pelear gallos en vallas no controladas por el Gobierno”, se sustenta “con el único propósito de evitar las apuestas”; aseguró El Gordo, un experimentado gallero de La Habana.

“Los protectores de animales deberían saber que, tanto la crianza como las peleas de gallos finos, además de ser una tradición más vieja que sus tatarabuelos, es también promovida y financiada por el Gobierno. El maltrato está en todas partes, y sí, creo que el maltrato a cualquier animal debe ser penalizado, pero este país es de extremos y a la hora de la discusión hay que tener en cuenta este aspecto”; acotó El Gordo. 
  
Las vallas estatales pertenecen a la empresa Flora y Fauna. A lo largo de la Isla existen más de dieciséis fincas o plazas, dedicadas esencialmente a la exportación de gallos finos para Ecuador, México, Panamá y Puerto Rico. Los galleros y criadores estatales están inscritos a esta empresa, y se rigen bajo su reglamento competitivo.

En la Finca Alcona S.A., ubicada en el municipio Arroyo Naranjo, sus directivos insisten en que las diferencias entre vallas financiadas por el Estado –“donde se celebran topes y no peleas”– y las clandestinas, es que en estas últimas “no existen laboratorios, ni reglamentos, y se permiten las apuestas que nosotros tenemos prohibidas”. Añaden que otro aspecto a diferenciar es que, “en las peleas clandestinas se utilizan espuelas más largas y eso es mucho más criminal para los gallos”.

Datos ofrecidos por funcionarios de Alcona S.A. refirieron que un ejemplar común de gallos finos se exporta al precio mínimo de 150 dólares, y más según raza y gallardía. 

Sin embargo, indicó Saúl Pupo, otro experimentado gallero habanero, de este dividendo los cuidadores afiliados solo reciben el equivalente a dieciocho cuc, a pesar de que “toda la inversión del cuidado y crianza corre de sus bolsillos”, pues “la empresa apenas los abastece” de maíz, huevo, carne y malanga, dieta básica para los gallos finos.

“Estos operativos contra galleros, más que contra las vallas ilegales de pelea, son solo una limpieza por el advenimiento de una Ley de Protección Animal, como me soplaron mis fuentes en el MINAGRI. En medio de una cuestión de pura politiquería, y como siempre, el pueblo está en el medio y paga”; concluyó Pupo. 
 

 

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