Una cubana cruzó la frontera de Estados Unidos en silla de ruedas y con contracciones de parto. En un hospital de El Paso dio a luz a su pequeña niña.
Leandro, el esposo, agradeció a quienes la ayudaron:
“Gracias eternas a los oficiales de inmigración de los Estados Unidos por aquí por El Paso, Texas, por habernos permitido el ingreso, ya que mi esposa se encontraba en una condición muy peligrosa y gracias a dios todo salió bien, ella está en buen estado al igual que la niña”, dijo a Univisión Noticias.
Xenia llevaba casi un año en México a la espera de su asilo político. Con 37 semanas de gestación inició los dolores del parto el día de su cita para pasar por el cruce fronterizo.
El pasado jueves 4 de marzo Xenia sintió los primeros dolores sobre las 3 de la madrugada; a las 8:00 a.m. estaba concertada su entrevista para realizarle un test de Covid-19 y permitirle la entrada al país.
Un hospital en Ciudad Juárez se negó a recibirla por no poseer un pasaporte actualizado y le pidieron dinero a cambio de los servicios médicos. También declinaron a prestarle una silla de ruedas para transportarse.
A decir de Blanca Navarrete, directora de la organización Derechos Humanos Integrales en Acción (DHIA), es esta “una práctica común que el Hospital de la Mujer de Ciudad Juárez niegue o condicione la atención médica al pago de servicios a mujeres migrantes y refugiadas”, expresó a Univisión.
En el puente fronterizo entre ambos países le negaron la entrada a pesar de su condición; pero su abogada Taylor Levy mostró la necesidad de su entrada.
“Yo pude convencer a migración de dejarle entrar a ella algunas horas más temprano por los dolores y la emergencia”, dijo Levy.
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Ya en Estados Unidos la cubana fue conducida a un hospital por un supervisor de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Allí nació la bebé Leah Paola de siete libras y tres onzas de pesa.
Unos 25 mil solicitantes de asilo político serán procesados de manera gradual por Estados Unidos. La medida es parte de un plan de la administración de Joe Biden para poner fin al programa, conocido como los Protocolos de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés).
En la primera fase, los funcionarios se prepararán para procesar aproximadamente 300 solicitantes de asilo por día en tres puertos de entrada.
“La cosa más importante cuando empecemos ese programa es que la gente, parte del programa MPP, no se mueva de donde está ahora porque tienen que registrarse y esperar hasta que tengan una cita en un lugar específico, a una hora, para cruzar la frontera”, dijo Asistente Especial del Presidente y Coordinadora para la Frontera Sur, Roberta Jacobson, en una conferencia de prensa telefónica.
En medio de todo este proceso no existe un trato diferenciado con los migrantes cubanos, exceptuando que una vez conseguido el asilo y pasado un año en Estados Unidos pueden aplicar a la Ley de Ajuste Cubano para normalizar su condición migratoria.
