* Por Mauricio Abad. / Tomado de Facebook. ADN CUBA reproduce este texto con el consentimiento de su autor.
Hoy da vueltas por las RRSS la noticia de que SNET ha muerto. La noticia como es común tiene varios matices y puntos de vista, para algunos la están matando, para otros, puede resucitar y hay quien dice que es fake news pues SNET murió el día que se habilitaron los datos móviles.
SNET para mí es un símbolo especial, una expresión del mambisaje que corre por nuestras venas. No es menos cierto que en los últimos años la vi precipitarse en caída libre hacia lo que parecía su orgánico decaer ante el atractivo escenario de la internet en tu bolsillo.
Para quienes no saben que es SNET les comento que es el nombre del foro más popular de una red que hace más de una década fue fundada por un grupo de muchachos con la intención de poder jugar desde sus casas. Esa red underground, La Red le llamaban todos, primero alámbrica y luego inalámbrica fue ganando mucha popularidad. La Red alcanzó casi 40.000 usuarios y el foro SNET tenía cerca de 4000 usuarios conectados diariamente entre la habana del este y jaimanitas.
La mayoría de los usuarios la usaban solo para jugar en modo multiplayer, Dota, Battlefield, COD entre otros. En su foro tres reglas inquebrantables: cero política, cero porno, cero violencia, garantizaban su existencia. El Estado cubano sabía de ella y a cada rato asaltaba pequeños nodos o usuarios que perdían desde las ilegales antenas hasta sus ordenadores. Pero a pesar de eso, La Red subsistía, en el clandestinaje que nos caracteriza.
En 2015 hice Gamers 0K, una pieza que contabilizaba los muertos por tiros de bala que generaban los juegos de esta red. Para mí son un síntoma de la batalla campal que libran los jóvenes cubanos por la comunicación, la unidad y la libertad. Y hoy sigo creyendo que es su gran batalla.
Cuando uno piensa fríamente en qué aporta en pleno siglo XXI una red off-line, enseguida viene a la cabeza: diversidad.
En ciudades como NY hay ejemplos de proyectos como SNET, que se oponen a la hegemonía de la comunicación y se enfrentan a conflictos como el respeto a la privacidad y otros asuntos del mundo moderno. Pero este no es el caso de Cuba. La Red era una solución práctica a un problema social grave de la Cuba de hoy: la comunicación.
La aparición de los parques wifi complejizó la vida de La Red. Hay que tener en cuenta que el funcionamiento de la red no era centralizado, nadie tenía el poder total de La Red. Un pequeño grupo de administradores se encargaban de mantener vivos los nodos, que montados con recursos propios y costosas antenas compradas en revolico y entre ellos conectados, cubrían gran parte de la ciudad de la habana. En el resto de país había también ejemplos similares. Si un nodo X decidía desconectarse del resto, quedaba aislado. Así, en operación inversa, durante un tiempo el nodo del vedado quedó aislado pues había intereses en La Red que querían empezar a cobrar un servicio que era gratuito, para desviar la wifi de los parques a los hogares a través de los mismos equipos que se usaban para La Red. Otros luchaban por mantener en silencio la existencia de La Red como única solución a su lucha contra los conocidos gestos censuradores del Estado. ¡Vamos que era luchar contra la censura, censurando!
En esos días comenzó a morir La Red, a subsistir de a poco, a perder unidad. Comenzó a morir por el complejo arte de saber guardar silencio.
De allá para acá, todos los usuarios de SNET podrán desmentirme, La Red no ha sido lo mismo.
Hoy tras el encuentro del 9 de agosto con representantes de SNET y el Ministerio de Telecomunicaciones oficialmente se puede decir que La Red tiene sus horas contadas. Las nuevas regulaciones sobre conexiones inalámbricas privadas prohiben semejante uso de las frecuencias que necesita SNET para existir.
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El “qué significa esto” me retumba en la cabeza. Que un Estado que se proclama socialista humille a sus jóvenes con su demostración de poder solo por el acto de querer mantenerse conectados entre sí, me aterra. Al mismo tiempo en el mundo entero suceden cosas así y se le ofrece internet al pueblo a cambio de poder tener un control de datos de los usuarios que también espanta.
Leer entre lineas el significado de todo esto me lleva a pensar que el Estado cubano está “empujando” a estos jóvenes hacia internet. Pereciera encantador el empujón sólo si no supiera que los costos de internet en este país son absurdamente caros, que la hegemonía de Etecsa funciona casi como mafia más que como una compañía de teléfonos pues la violencia institucional de ella para con sus usuarios es atroz y al mismo tiempo, sé que internet no es un campo de flores donde la “libertad” no tiene su costo en privacidad, en vulnerabilidad, en seguridad y otros conflictos del mundo de hoy. De repente “el empujón” hacia internet parece casi un empujón al vacío, al despeñadero.
Quizás el Ministerio de Comunicaciones no entienda que en Cuba más que internet mismo urge el poder estar conectados entre nosotros desde El Cabo de San Antonio a La Punta de Maisí. Quizás tampoco vean que SNET no es más que un prototipo que pueden utilizar para aprender de la práctica y llevar servicios de comunicación inalámbrica a las casas. Quizás no ven el genio y la belleza de estos jóvenes que podían haber tenido de aliados y ahora, no duden esto, serán sus enemigos.
No sé cómo no abrazan lo martiano de estos sneteros: el “por todos y para el bien de todos”, el “en la unión está la fuerza”, el “viva cuba” que gritaba SNET por allá por el 2015 cuando traté de llamarme “Maceo” en La Red y un admin me escribió y me dijo: “porfa cambia tu nick que los nombres de Héroes Nacionales se respetan en La Red”.
El silencio es como un analgésico, alivia el dolor pero no cura. La muerte de SNET vendría un día u otro pues inevitablemente internet la absorbería cual transnacional oprime al pequeño campesino, pero no fue así, no fue el imperio capitalista quien doblegó a los sneteros, fue el centralismo, el abuso de poder y la incapacidad de representación explícita de nuestra Asamblea Nacional. Los chicos de SNET prefirieron el silencio a presentar un proyecto de ley a la Asamblea Nacional para ser reconocidos. Con la constitución anterior con 10,000 firmas les habría sido suficientes para al menos ser tomados en cuenta.
Sepan esto todos, en la unidad está la fuerza. Eso es una verdad como un templo y solo a los que SNET les significó algo saben como se disfruta sentirse parte de una comunidad a pesar de ir en contra de la corriente. En un momento en el que el trabajo en grupo en nuestro país es un punto débil y un síntoma social que se ve reflejado clarísimo hasta en el deporte. SNET era una vela en medio de tanta oscuridad. No sé si a SNET la reencarnará algún nuevo mesías, o si todos migraremos a internet y regalaremos sin remordimiento nuestros datos de comportamiento a multinacionales a las que poco le importamos los cubanos.
Pero algo sí sé, las historia absolverá a SNET, cerrarla sin más es un error que les va a doler pues El Pueblo Unido Jamás será vencido!
Sirva esto de ánimo para que ya sea en internet o fuera de ella Los Sneteros de todas las sectas nos mantengamos unidos!
Viva SNET!
Hasta la Victrola Siempre!
Waceo
*Este es un texto de opinión. Los criterios que contiene son responsabilidad exclusiva de su autor, y no representan necesariamente la opinión editorial de ADN CUBA.