Las condiciones de los hospitales donde se atienden las personas enfermas de Covid-19 siguen siendo pésimas en Cuba, como han informado en varias ocasiones medios independientes. Faltan medicamentos e instrumental médico y la atención es deficiente.
Yohe Carrasco, ingresado en el hospital Salvador Allende —antiguo Covadonga— denunció que la sala de urgencias no tiene medicamentos para enfrentar situaciones de emergencia, como ocurrió en las últimas noches.
“Ayer en la noche mi compañero de cuarto colapso por un estado nervioso, sugestionado por los medicamentos, que son bien fuertes. No había en sala para estás urgencias, ni un diazepan para ponerle, relajarlo y poder dormir tranquilo. Le dijeron que iban a buscar un especialista o un clínico para valorar su comportamiento y esta es la hora, todo un día completo y nunca vino el clínico, ni el especialista. Hoy se encuentra en la misma situación”.
“Hoy por la mañana, debido al malestar de la noche que pasamos con mi compañero, me sentí un poco tenso, con indisposición del estómago, de hecho, vomité el desayuno, la merienda y me quedé con esa indigestión todo el día. Llamé a la enfermera para que me pusiera un gravinol y no hay en la sala ese medicamento tampoco. Las explicaciones fueron que los medicamentos se pedían diario en dependencia de los síntomas de los pacientes, es decir que, si surge algo de urgencia, no hay en la sala medicamentos para actuar”, agregó Carrasco.
El cubano pide ayuda a los usuarios de Facebook para que hagan su situación de conocimiento público, con tal de sensibilizar por este medio a los directivos del hospital. La situación de Carrasco es similar a la de muchos cubanos.
El 4 de junio, Izaida Chávez Sánchez calificó de “infrahumanas” las condiciones del Hospital Provincial de Artemisa donde su hija está ingresada por una afección ginecológica. Su hija fue ingresada el pasado 2 de junio por presentar un cuadro de Infección Vaginal por Acceso Ovárico y fiebres que oscilan entre los 38 y 39 grados.
“La frialdad, la humedad, la contaminación, y la falta de higiene lejos de curar a la paciente la pone en riesgo de muerte, de una infección en la sangre en 72 horas”. Encima de la cama el techo está repleto de goteras y las filtraciones mantienen el local inundado. “No parece una cama de hospital, parece un bote en alta mar”, sentenció.
La víspera, Arianys Vázquez, explotó en redes sociales contra el sistema de salud de su país, al que cuestiona la propaganda gubernamental de ser “potencia médica”, porque según denuncia su abuela de 86 años fue tratada muy mal y regresó de un ingreso en el hospital provincial de Matanzas con moretones y escaras en el cuerpo.
