Carlos Alberto Abreu, vecino de Tejadillo #5 entre las calles Cuba y San Ignacio, denuncia la situación precaria e insalubre en la que vive con su hijo con síndrome de Down.
Un equipo de ADN Cuba se acercó al lugar, donde aguas de fosa circulan por el suelo y además hay filtraciones de otros apartamentos hacia abajo.
Abreu explicó a la revista que ha escrito cartas a diferentes autoridades, ido al gobierno, a Vivienda Provincial, y al delegado de la circunscripción, pero las gestiones han sido en vano.
"Ahí los duplicados de las cartas se quedan guardados en una gaveta. Hasta cuándo; yo no me voy a callar la boca. Esto es el colmo", agregó el hombre.
Asimismo realizó críticas al régimen, incapaz de resolver sus problemas habitacionales: "En lo que ellos están durmiendo y viviendo cómodos, tú estás pasándola mal".
Además, comentó que a su hijo enfermo no se le brinda ninguna ayuda estatal, sino que el Hotel Tejadillo le da atención por humanidad, explica el padre.
"Nadie del Estado en este momento sabe de qué come y de qué vive", añadió.
Este miércoles 20 de agosto también trascendió la noticia de otro cubano con síndrome de down, sumido en la pobreza y olvidado por las autoridades locales en Camagüey.
“Tengo tremenda necesidad, estoy a cargo de mi hermano que es síndrome de Down. No recibe ayuda de nada, está flaquito y bajo de peso”, dijo Tania Ruiz García en un video a CubaNet.
La mujer, quien habita junto con su hermano una casa muy pobre de paredes de tabla de palma y piso de tierra, confesó que ella también está enferma, por lo que la sobrevivencia se les hace más dura. Refiere que padece de cardiopatías, es hipertensa y otros problemas de salud.
Lo único que ha hecho el régimen por ellos, según refiere, es autorizarla a adquirir los materiales de construcción, comprándolos al mismo Estado. Pero “la casa se está cayendo, se moja, entra el agua; todo es pésimo” y no ve cuándo acabará su precariedad.
La Habana, ciudad capital y el territorio con mayor densidad poblacional de Cuba, mantiene un déficit de 206 mil viviendas, según las últimas cifras oficiales, dadas a conocer en 2017. Estos últimos años la provincia ha registrado frecuentes derrumbes que engordan las cifras de personas que a la espera de un nuevo techo.
Esta situación se agravó el pasado año con el paso de un intenso tornado que azotó la ciudad y dejó siete muertos, casi 200 heridos, unas 7,800 casas dañadas y más de 10,000 desplazados.