El 7 de abril de 2011, en el seminario ofrecido por el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami (ICCAS) sobre Bahía de Cochinos, el contralmirante Tomas L. Brown II, Jefe del Comando de Operaciones Especiales (SUR) en su brillante conferencia señaló la vital importancia de aquella derrota para rectificar errores tácticos y logísticos que fueron evidentes en Bahía de Cochinos.
Dirigiéndose a los Veteranos de la Brigada 2506 presentes en el auditórium de ICCAS, el contralmirante dijo: “Yo quiero comenzar reconociendo la experiencia de ustedes, su valentía y compromiso con la histórica operación…mucho hemos aprendido…El fracaso ha jugado un rol importante en la creación de las Fuerzas de Operaciones Especiales de los Estados Unidos”.
Analizando los errores del fracaso, el veterano militar hizo referencia al reporte de junio de 1961, del Comité del General Maxwell Taylor, que determinaba, como una de las causas de la derrota, el hecho de que la magnitud de la operación militar excedía la capacidad paramilitar de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y que la operación debió haber sido transferida en noviembre de 1960 al Departamento de Defensa.
En aquel memorable auditórium de ICCAS, donde por más de 20 años se hicieron cientos de conferencias y eventos históricos y culturales, quedó muy claro que la principal causa de la derrota de Bahía de Cochinos se debió a que el imprescindible dominio del espacio aéreo sobre la zona de los fieros combates, y la protección de los barcos de suministros falló dejando el control del aire en manos de los aviones de la tiranía. Error decisivo para el fracaso.
Los analistas militares coinciden en que si el espacio aéreo sobre las playas de Normandía, el 6 de junio de 1944, hubiese sido dominado por la aviación alemana, la historia registraría la catástrofe de los ejércitos aliados.
Otro grave error fue eliminar el plan original de desembarcar la Brigada 2506 por la zona Casilda-Trinidad, muy próxima a las montañas del Escambray donde combatían veteranos grupos de la resistencia interna.
En febrero de 1961, el Secretario de Estado Dean Rusk, propuso cancelar el desembarco por Trinidad porque hacia muy difícil encubrir la participación de Estados Unidos. Suprema estupidez dado que para esa época medio mundo sabía ya sobre los preparativos para dicha operación.
Cuatro semanas antes, Bahía de Cochinos fue seleccionada para desembarcar a la Brigada 2506. La mejor opción de desembarcar por Casilda-Trinidad se perdió sin que Castro hubiese tenido que hacer ningún esfuerzo militar.
Finalmente, el 4 de abril de 1961, el Presidente John F. Kennedy autorizó que los efectivos militares que integraban la Brigada 2506, entraran en acción para liberar a Cuba del régimen totalitario. La fecha escogida para el desembarco fue el 17 de abril. Los grupos de infiltración penetraron clandestinamente en Cuba. Su misión era implementar acciones paramilitares a lo largo y ancho de la isla, con la resistencia interna y las guerrillas en las montañas peleando para ganar tiempo y asegurar la cabeza de playa. Los grupos de infiltración nunca recibieron las órdenes para la acción. La noticia los sorprendió como al resto de los cubanos. Otro grave error de los mandos superiores.
El 14 de abril, el presidente Kennedy llamó a Richard Bissell, jefe de la operación de la CIA y le preguntó cuántos aviones B26 participarían en el primer ataque aéreo y fue informado que todos. Kennedy ordenó a Bissell reducir a la mitad los aviones. Esta orden debilitó torpemente la pegada inicial y se perdió el factor sorpresa. Después vino el error fatal, el definitivo. La cancelación de todos los siguientes ataques aéreos a las bases de la aviación de Castro, a quien le quedaban siete aviones incluyendo dos reactores T-33 más veloces y efectivos en combates aéreos que los B26 de la Brigada. Fueron muchos más los errores no mencionados en este corto análisis.
Aprovecho este 17 de abril de 2020, para honrar junto a mis hermanos de lucha y de ideales la memoria de aquellos días gloriosos en que Cuba vibró de orgullo junto a la heroica Brigada 2506, que en medio de los fatales errores, peleó hasta que se acabaron las municiones, enarbolando con sangre y sacrifico el glorioso ideal de libertad.