Delcy Rodríguez Gómez, vicepresidenta ejecutiva del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, voló a La Habana en un viaje sorpresa y durante el peor momento para el castrismo en décadas, por un estallido social el 11 de julio reprimido duramente por la dictadura de Cuba.
Medios de propaganda en Cuba informaron que en la tarde de este viernes el presidente designado por el general Raúl Castro, recibió a Rodríguez Gómez, quien llegó en “visita de trabajo”.
Miguel Díaz-Canel y la enviada de la dictadura chavista conversaron sobre “los principales aspectos de los vínculos de cooperación entre ambas naciones y otros temas de interés, como el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19”.
En los medios solo ha trascendido que Rodríguez llevó un mensaje de “solidaridad y apoyo” del dictador Nicolás Maduro Moros ante las manifestaciones populares que claman el fin del régimen comunista en la isla.
Según los chavistas, se trata de una “campaña político-comunicacional contra Cuba” en el contexto del “recrudecimiento del bloqueo impuesto por los Estados Unidos”.
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A su vez, el presidente del régimen cubano ratificó su alianza con la dictadura chavista. Según el Granma, en la reunión entre ambos gobiernos estuvieron altos jerarcas del castrismo, entre ellos el primer ministro Manuel Marrero Cruz, el viceprimer ministro, Ricardo Cabrisas Ruiz, el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, y el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca Díaz.
La entre las dictaduras de Cuba y Venezuela se llevó a cabo en momentos significativos par ambos regímenes. En el país sudamericano, el chavismo intensificó su persecución contra opositores, voces críticas y activistas de derechos humanos.
A inicios de este mes, las fuerzas del régimen venezolano detuvieron a miembros de la ONG FundaRedes. Posteriormente, al menos 15 civiles murieron asesinados en la Cota 905, tras un enfrentamiento que según la dictadura fue contra “grupos criminales”, informó Infobae.
También el diputado Freddy Guevara fue arrestado esta semana, y hostigado líder opositor Juan Guaidó.
Mientras, en Cuba el domingo 11 de julio estallaron protestas populares en la isla, como colofón a la peor crisis económica, sanitaria y política en 60 años de dictadura castrista. Las manifestaciones, que se extendieron varias jornadas, fueron reprimidas por fuerzas policiales, militares y paramilitares y han dejado cientos de detenidos y desaparecidos, un número indeterminado de heridos (varios de ellos por bala), y al menos una persona muerta, única reconocida por el oficialismo, aunque en redes sociales hay denuncias de otros hechos.
El régimen cubano alega que ocurrieron saqueos y actos vandálicos en las protestas, pero detuvo y encausa judicialmente a manifestantes pacíficos, activistas y periodistas independientes, explícito castigo y represión a la disidencia y el libre ejercicio de las libertades y derechos civiles, políticos e individuales.
La ONG Cubalex, que ofrece asesoría legal a defensores de derechos humanos en Cuba, ya suma en su listado 465 personas detenidas y desaparecidas durante las protestas.