La represión del gobierno cubano contra el sector privado en la isla no se detiene, a pesar de la pandemia de la COVID-19.
Según reportó Radio Ciudad Habana, durante el domingo se retiraron cinco licencias e impusieron multas a cuentapropistas que no pudieron demostrar de donde obtuvieron los productos que estaban ofertando.
Precisamente el 12 de marzo, decenas de cuentapropistas cubanos de un populoso mercado llamado "La Candonga", salieron a las calles de Santa Clara, para manifestarse en contra de nuevas regulaciones impuestas por el gobierno a este sector.
Según comentó una fuente a ADN Cuba, las personas estaban molestas debido a que una nueva medida les prohíbe vender artículos que no sean producidos por ellos.
A mediados de 2019, Cuba registraba 595.559 trabajadores privados o "cuentapropistas" -como se les conoce en la isla-, en su mayoría agrupados en 6 de las 15 provincias de la isla caribeña, informó el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS).
Según los datos difundidos, que corresponden al cierre de abril del año anterior de esa cifra de trabajadores autónomos, el 32 % son jóvenes, el 35% son mujeres, el 10 % son jubilados y el 14 % también está empleado en el sector estatal.
A finales de 2018, rigen en la isla modificaciones al trabajo privado, entre ellas la eliminación del límite de 50 capacidades para los restaurantes, bares y cafeterías y el establecimiento de más de una actividad "cuentapropista" en un mismo domicilio.
A las 123 actividades autorizadas el Gobierno cubano decidió sumar otras cinco en febrero pasado, así como la posibilidad de que las personas jurídicas puedan contratar productos y servicios de los trabajadores autónomos.
Las nuevas categorías son las de operador de equipamiento para la producción artística, agente de selección de elenco (cásting), auxiliar de producción artística, traductor e intérprete certificado y productor-vendedor de alimentos.
En Cuba, con una población total de unos 11,2 millones de habitantes, los "cuentapropistas" ya representan el 13 % de la población empleada, casi el cuádruple de los registrados en 2010 cuando el Gobierno amplió la actividad privada en varios sectores, pero menos que en años recientes.