Reyes Magos en Cuba, un día diferente para ricos y pobres

El día de Reyes Magos del 2020 será de tristeza y amargura para muchos niños cubanos, que tendrán que conformarse con sus juguetes viejos
Dos niñas cubanas juegan con sus juguetes viejos
 

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Los sufrimientos de las madres cubanas no terminan. A la tortura diaria de la cocina, las necesidades cotidianas de la escuela y los pocos lugares de recreación y esparcimiento para sus hijos, se suma el impedimento de complacer sus sueños infantiles el día de los Reyes Magos.

Nilda Cartaya, vecina de la calle Cortina 616, en la Víbora, le había prometido a su pequeña de 5 años un juego de cocina. “Pero los ahorros se nos fueron en un par de zapatos nuevos para la escuela y los gastos de las fiestas navideñas. Este 6 de enero no sé dónde voy a meter la cara. Será para ella un día amargo, porque el año pasado sus compañeritos de escuela llevaron sus juguetes al aula y ella fue una de las pocas alumnas que asistió con las manos vacías”.

“Su padre y yo nos prometimos que no volvería a suceder, que tomaríamos precauciones para este año y guardaríamos el dinero para sorprenderla con el jueguito de cocina de sus sueños. Su padre se confió con el pago de un trabajo de carpintería que realizó en diciembre, pero la gente le falló porque tuvieron problemas familiares y ahora estamos apenados con la niña”.

Aunque la Revolución intentó borrar en el pueblo las tradiciones de Navidad y los Reyes Magos, muchas familias cubanas continuaron cultivándolas. Para María de Jesús González, dependiente gastronómica de un establecimiento estatal de Arroyo Arenas, con su salario de 441 pesos mensuales (unos 18 dólares), es imposible comprar algún juguete nuevo en la tienda para su pequeña de 7 años.

“Di una vuelta por las jugueterías y me quedé infartada con los precios. Cada año son más caros. Un bebé con su coche y un biberón cuesta 17 CUC, casi lo que gano en un mes parada detrás del mostrador. Lo más barato eran unos aros de colores que costaban 5 CUC pero, ¿qué iba a hacer mi hija con eso? Ella soñaba con una muñeca que hablara, como vio en una película. Por eso este 6 de enero será un día triste, como casi todos los días del año”.

Vivían Ruiz, vecina del barrio Romerillo, encontró en el latón de basura de la esquina de una casa de gente de ricos, varios juguetes viejos, pero en buen estado. Dice que armó su propio día de reyes.

“Mi esposo fue restaurador de una empresa artística y lavó los juguetes, los remendó y los dejó como nuevos. Por la noche preparamos el ceremonial de las carticas a Melchor, Gaspar y Baltazar, y las hierbitas para los camellos y les dijimos que tenían que acostarse temprano, como hacían mis padres en los viejos tiempos. Creo que resolvimos el problema, aunque es un engaño, ese día no pasará desapercibido como otras veces. Debemos de luchar por su felicidad y que no se sientan menos que los demás niños”.

El 6 de enero es uno de los días en Cuba donde más se marca la desigualdad social. Los hijos de muchas familias pobres no tendrán juguetes nuevos y tendrán que conformarse con mirar de lejos bicicletas, patines y muñecas que solo en sueños podrán tener como propios.

Annia Zamora, Dama de Blanco y residente en Jovellanos, agrega: “los precios son abusivos, si les compramos juguetes, ¿con qué comen después? Nosotros vivimos en un caserío fuera del pueblo; la mayoría de los residentes son orientales, con una necesidad tremenda, y todas las familias tienen más de dos niños. En el 2018 pudimos entregar juguetes, pero en el 2019 la Seguridad del Estado nos los quitó y este año no recibimos nada. El día de Reyes Magos del 2020 será de tristeza y amargura para muchos niños cubanos”.  

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