Skip to main content

Terroristas y aterrorizados

Cuando una madre cubana se levanta y sabe que no hay leche para que sus hijos desayunen, y en medio de un apagón se da cuenta de que tampoco hay pan, ni carne, ni agua en el fregadero, siente terror

Actualizado: Fri, 12/22/2023 - 11:10

Cuando está en juego la libertad de tu patria vale todo sacrificio, hasta desembarcar en las costas del país a bordo de una moto acuática, cargado de armamento para iniciar la subversión, como ha dicho con claridad el presentador televisivo Humberto López, con su sagacidad habitual.

Puedes hacerlo cargado de caramelos, de café, de algunas libras de arroz o de cartones de huevos, que también van a ser consideradas armas peligrosas, aunque las de destrucción masiva más potentes las tiene el gobierno, y son la confusión, el hambre, el desamparo, el miedo, las consignas y la desesperanza. Contra eso no se puede ni teniendo huevos.

Es difícil pensar cómo un solo hombre puede poner a toda la isla de Cuba en estado de alerta. Eso solamente lo logra un estado que se asusta por cualquier cosa, sobre todo cuando no se reconoce el estado deplorable del estado. Eso sí aterroriza. Cuando una madre cubana se levanta y sabe que no hay leche para que sus hijos desayunen, y en medio de un apagón se da cuenta de que tampoco hay pan, ni carne, ni agua en el fregadero, siente terror, verdadero terror. 

¿Y quién o quiénes son los responsables de eso? Los terroristas del Partido Comunista, que solamente saben destruir lo que les rodea y odian a todo el que sabe crear riquezas, porque ellos, como Karl Marx o Vladimir Ilich Ulianov, ni saben ni les interesa. 

Dueños de periódicos, radios y televisión, solamente asustan a sus conciudadanos, a quienes consideran ciudadanos de tercera o de cuarta, con una soberbia que los aterra a ellos mismos, porque saben que el ser humano puede, un día inesperado, cegarse de rabia y eliminarlos.

Entonces lo tildarán de “terrorista”, cuando el verdadero terror es vivir en un país sin futuro, con viejas consignas, sin comida, sin esperanza, viendo a esa supuesta dirigencia de una revolución que no existe viajando con lujos, gordos y sonrientes, y pidiendo más sacrificios.

Ah, pero esa dictadura que quiere aparentar no ser una dictadura inventa terrores y sustos, como decir que un triste y solitario cubano terrorista en una moto acuática por la "Costa norte de la provincia de Matanzas, municipio Martí, procedente de Florida, arribó de forma ilegal en días recientes”.

Nada han dicho nunca de aquellos 82 cubanos beligerantes, uniformados y armados, que desembarcaron por el sur de la provincia de Oriente el 2 de diciembre de 1956. Lo hicieron sin permiso de entrada, armados y dispuestos a crear una guerra. La leyenda es que llegaron a liberar a la isla. Jamás dijeron que eran terroristas.

Pero sí se complacen con hacer una lista de los que consideran “terroristas”, que quieren desgraciarles las navidades a los cubanos. El estado no ha sido capaz de garantizar comida para este diciembre, ni cerdos para la Nochebuena, y le dice terroristas a quienes mandan dinero a su familia para que tengan algo que llevarse a la boca. ¿Quién es el terrorista en este caso?

Alguien va a comprar comida y no hay, o ve los precios y siente terror. Cuenta el dinero que le pagan y se aterroriza porque no alcanza. Se asoma a la calle y ve en la esquina la basura que sube y sube, más terror. Quiere enviar una carta y no hay sellos, terror. Necesita hacerse el pasaporte y no puede, más terror. Va a un hospital, qué aterrorizado entra y sale. No hay internet, ni luz, y los esbirros no salen de su puerta y le han cortado las comunicaciones, más terror de los terrores. Pone la televisión y dicen que Cuba va a construir ahora el socialismo. El colmo de los terrores terribles.

En esa lista publicada por el periódico Granma veo los nombres de muchos que denuncian las atrocidades de la dictadura, quienes le dicen al mundo que en Cuba hay presos políticos, que la policía es cada vez más violenta porque el que designaron presidente también es un violento y un incapaz, y quienes mandan son los militares en la mafia de GAESA.

En esa lista de terroristas faltan nombres. No veo el de Raúl Castro, que secundó a su hermano, el “glodioso” auto titulado “comandante en jefe” en un asalto donde asesinaron a otros cubanos. Falta también el de Ramiro Valdés, triste sombra de la tenebrosa Seguridad del Estado. Y el de José Ramón Machado Ventura, gatica de María Ramos del PCC, azuzando y prohibiendo. El de Bruno el de la Parrilla, que se enciende encendiendo y acusando, poniendo su hornilla y su parrilla a mil grados de calor. Y los de todos los que han fusilado, golpeado, vejado en las hediondas cárceles del castrismo. 

Ah, pero no, los terroristas somos los que un día no los soportamos más. O los que ellos mismos expulsaron. Los que perdimos la tierra natal porque nos asfixiaba la ineficiencia y la pretendida superioridad de un tipo con un ego aplastante, que hablaba y hablaba y hablaba, creyéndose también simpático, mientras el país se caía a su alrededor.

El compañerito Puesto a Dedo, que también ha llamado a la guerra de cubano contra cubano, como su ídolo felizmente muerto, sigue ofendiendo, y ha llamado “a quienes disienten 'mentes enfermas e impotentes', mientras invoca a las 'fuerzas espirituales' al 'aliento mítico' del régimen para salir de la crisis”. En su revoltura o revoltillo, ignorando el terror que han creado en la isla, se proyectan desastres más allá de las aguas fronterizas. Y han declarado que "Cuba puede solicitar extradición a otras naciones y también se prevé la asistencia penal internacional como investigaciones conjuntas, la ocupación de fondos y la toma de declaración, para la realización de investigaciones efectivas fuera de la frontera nacional". Y algo más bonito, llamativo y sensacionalista: “que en este caso es posible utilizar el juzgamiento en ausencia”.

De manera que para ellos somos deportables. Pero si nos deportan de un país hacia Cuba uno pudiera acusar a las autoridades cubanas de tráfico de personas, o de secuestro, en caso de que el deportado no esté de acuerdo con la deportación, a pesar de que el loco de la barba dijo que “el deporte es un derecho del pueblo”. Pero ya los de acá no pertenecemos al pueblo de allá, aunque pongamos recargas, porque nos deportamos nosotros mismos con nuestra propia autorización hace mucho tiempo, precisamente porque no nos gustaban esos que hoy quieren pedir nuestra deportación.

Ya imagino el despliegue policial en espera del desembarco de los terroristas de la lista. O de Otaola, el líder más temido. Tropas especiales y espaciales, toda la policía que puedan reunir que hable y escriba correctamente el español. Artillería, infantería y otros. Boinas negras, boinas rojas, boinas amarillas y boinas carmesíes con ribetes púrpura y brillitos. Y más atrás, el pueblo con hambre.