El martes 26, Santiago Cafiero, casi seguro jefe de Gabinete del futuro gobierno argentino, se reunió con el embajador de Cuba en Buenos Aires, Orestes Pérez para acordar los detalles de la invitación al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, a la asunción presidencial de la fórmula presidencial de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el próximo 10 de diciembre.
Según el diario Clarín, al mandatario cubano le gustaría venir a Buenos Aires a acompañar a los argentinos, especialmente a la ex presidenta y próxima vicepresidenta, que ha forjado una estrecha amistad con la isla.
En La Habana reside temporalmente y trata sus serios problemas de salud Florencia Kirchner. A principios de noviembre, Cristina hizo su séptimo viaje a Cuba para ver a su hija. Los cubanos no sólo cuidan su atención médica sino que velan rigurosamente por su intimidad. Nunca se ha podido fotografiar a madre o hija en la isla. Desde La Habana también han hecho saber que las necesidades médicas de Florencia los llevarían a desoir cualquier reclamo de la justicia argentina, referido a las causas de corrupción por las cuales se investiga a la joven.
"Aún no tenemos definición sobre quién iría al frente de la delegación" para la ceremonia del 10 de diciembre, señalaron a Clarín fuentes diplomáticas en La Habana, lo cual indica que aún no se sabe si vendrá el presidente o no.
La invitación más personalizada al presidente cubano la cursó Marco Enríquez Ominami, el ex candidato presidencial de Chile, que trabaja con Fernández desde que era candidato con la agenda internacional, especialmente en el universo de la izquierda latinoamericana y en la arena de la política europea, donde también se mueve hábilmente.
Amigo de Raúl Castro -también invitado al traspaso presidencial del 10 de diciembre-, y por extensión de Díaz-Canel, fue él quien le extendió la última invitación de la Argentina a al cubano de parte de Alberto Fernández. Lo mismo hizo con Evo Morales y con Lula da Silva, entre todos ex mandatarios latinoamericanos invitados a Buenos Aires. Lula y Morales finalmente no asistirán.
Contrariamente a la distancia con Cuba que guardó su fallecido marido Néstor Kirchner, Cristina ha ido estrechando cada vez más los lazos con Raúl Castro, y ahora con su sucesor.
La primera vez que viajó a la isla por la internación de Florencia la recibió el canciller Bruno Rodríguez como huésped de honor. Se sacaron fotos, y emitieron tuits. En marzo, la vicepresidente electa se reunió con Díaz-Canel. En la cita "intercambiaron sobre los más recientes acontecimientos en la región y coincidieron en la necesidad de preservar la paz en Nuestra América", escribió en Twitter el canciller Rodríguez, encargado entonces de comunicar ese encuentro.
Dado los recientes acontecimientos en Latinoamérica, es poco posible que Díaz-Canel desaproveche la oportunidad de viajar a Argentina para mantener su influencia política en la región, debilitada por el alejamiento de Ecuador, Bolivia y Uruguay de su esfera de influencia y su irrestricto apoyo al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.