Para la joven Lis Shaira Hernández, así como para muchos cubanos, los llamados del régimen en el discurso oficial a velar por la higiene para evitar la propagación de la COVID-19 resultan contradictorios con las posibilidades reales del país, donde incluso gran parte de los establecimientos estatales adolecen de condiciones mínimas que hagan digna la presencia en ellos.
Como elemento de prueba, Hernández compartió en su perfil de Facebook fotografías de La Única, uno de los centros de aislamiento que las autoridades habrían habilitado para aislar a casos de la enfermedad viral en la central provincia de Ciego de Ávila.
“Por favor compartan esto en todos los grupos que puedan, estas fotos que ven aquí, pues son de la Única, donde tienen aisladas a una parte de las personas con COVID. Señores, si llaman tanto a la reflexión sobre la higiene, empiecen tomando carta desde aquí. No creo que aquí podremos mejorar”, escribió Hernández en su post.
La publicación ha generado varias reacciones y comentarios, todos hasta el momento de franca indignación con las condiciones del centro de aislamiento. “Qué asco” y “qué falta de respeto” son las expresiones más frecuentes, mientras que la usuaria identificada como Evelin Heidy Barrabis aconseja a los aislados que se cuiden mucho, para que además de COVID no contraigan una infección.
La denuncia de Hernández coincide con el anuncio del régimen de que volverá a aislar a los viajeros que arriben a la isla a partir del 6 de febrero, para intentar frenar la ola de contagios por COVID-19 que sucede en la isla desde mediados de noviembre y que este sábado registró un nuevo récord de positivos diarios con 910 nuevos casos.
Para el caso de turistas, empresarios, técnicos y cooperantes extranjeros, así como el personal diplomático extranjero acreditado en Cuba, la prensa extranjera acreditada y las delegaciones oficiales que se aprueben recibir en el período, se aplicarán los Protocolos aprobados por los ministerios de Turismo, Comercio Exterior y Relaciones Exteriores, respectivamente.
Los extranjeros y cubanos no residentes que arriben al país serán aislados en instalaciones hoteleras designadas en cada territorio, asumiendo los viajeros el costo de estancia y transportación, mientras que los colaboradores de la salud y del resto de los Organismos de la Administración Central del Estado serán aislados en las capacidades creadas en La Habana y Matanzas.
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De igual manera, tanto estudiantes como becarios extranjeros serán aislados en las instituciones designadas para este fin por los ministerios de Salud Pública y Educación Superior, a la vez que los cubanos residentes que viajaron por motivos personales serán aislados en centros habilitados en las provincias.
El aislamiento en estos últimos casos será libre de costo, así como el transporte hacia el centro y el regreso a su residencia una vez culminado el aislamiento, posiblemente bajo condiciones en la mayoría de los casos como las expuestas por Hernández y otros tantos cubanos que denunciaron la calidad de la higiene y la alimentación en los centros habilitados por el régimen para estos fines durante otras etapas de la contingencia sanitaria.
