Mientras cubanos hacen magia para comer, régimen expone sus "experiencias" en producción de alimentos ante Parlatino

Increíble, pero cierto. Trabajadores informa que diputados cubanos participaron en un encuentro virtual con integrantes del Parlatino para exponer las "experiencias" del régimen en la producción de alimentos
 

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Por mucho que uno se esfuerza no puede dejar de reír de esa surrealista realidad que es Cuba. Sin importar el día del año, basta con echar una ojeada a la prensa oficialista para encontrar algo que nos haga reír de lo lindo, al comprobar cuán contrastante es el día a día de los cubanos de a pie con lo que dice y expone el discurso oficial.

Este sábado las delicias del humor las hace Trabajadores, medio de la única central sindical de la isla, que de sindicato tiene muy poco, pues siempre acepta sin disputa alguna toda la sarta de justificaciones, promesas y excusas que el régimen aduce para mantener bajos salarios y malas condiciones laborales.

Según el semanario, en un artículo publicado en su web, “diputados cubanos participaron este jueves en la sesión virtual de la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca del Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino), convocada para analizar el impacto negativo de la pandemia del nuevo coronavirus en la producción de alimentos y las cadenas de suministros”.

Al exponer la experiencia cubana en el enfrentamiento a la COVID-19, dice Trabajadores, Ramón Aguilar Betancourt, presidente de la Comisión Agroalimentaria de la Asamblea Nacional, explicó a los participantes que el Estado y el Gobierno cubanos “priorizan varios programas para asegurar la alimentación básica del pueblo y el desarrollo económico y social de la nación, en un contexto marcado, además, por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos”.

Pero vamos a ver, con qué cuenta Cuba para exponer experiencia alguna en materia de alimentación, agricultura, pesca y ganadería. ¿No se darán cuenta nunca los políticos de la isla que hacen el ridículo ante sus ciudadanos y el mundo cuando hablan de esas cosas, mayores y quiméricas para el caso cubano?

Abundan los relatos, más en estos tiempos de coronavirus, de cubanos que sufren y tienen que hacer hasta magia para poder conformar tres comidas diarias y llevarse algo decente, que no siempre proteico, a la boca. Sin embargo, los parlamentarios cubanos, supuestos representantes de la ciudadanía, con tanto que legislar y hacer por el verdadero bien del país, tienen la desvergüenza de ir a exponer ante sus homólogos latinoamericanos las “experiencias” de Cuba en la materia.

¿Experiencias en qué? ¿En cómo administrar la pobreza masiva y la continua escasez? ¿En cómo agenciárselas para mantener un sistema improductivo e insuficiente por más de 60 años? ¿En cómo hacer que la carne, frutas y verduras sean lujos innecesarios para la nutrición humana?

La exposición de los cubanos no se sostiene por sí misma. Al menos no en un mundo lógico y racional. Cuba no tiene nada positivo que enseñar en materia de producción de alimentos, pesca y ganadería, porque no es capaz de hacerlo de manera masiva y suficiente para saciar las necesidades de su población. Sin embargo, allí estuvieron los diputados cubanos, hablando de metas, lineamientos, conceptualizaciones y estrategias que sólo sabrá el caos si se cumplirán algún día.

Aguilar Betancourt, detalla Trabajadores, dijo a sus interlocutores que, ante la actual situación, “la dirección del gobierno incentiva la producción de granos, leche y proteínas para reducir las importaciones, y promueve el desarrollo de la acuicultura, la camaronicultura y la recuperación de la pesca de plataformas para las necesidades sociales e individuales del país”.

¡Oye para eso!, puras promesas y directrices que nunca se cumplen ni se traducen en una mejor alimentación para los cubanos. Mientras se le dijo eso a parlamentarios de otros países, en Santiago de Cuba exploran las potencialidades de la berenjena y las codornices para variar un poco la dieta de los provincianos, luego del fracaso del avestruz y el cocodrilo.

Asimismo, muchos buscan los limones para comprobar si, como dijo el presidente no electo de toda la isla, efectivamente es la base de todo, incluso de los siempre ausentes cárnicos.

En fin, pura burla todo. Cuesta imaginar la cara de otros parlamentarios que realmente conozcan Cuba mientras escuchaban a los diputados de la Asamblea Nacional cubana hablar de lo que no tienen. En eso, hay que reconocerlo, están bien adiestrados los políticos y funcionarios de la isla.

A base de proyecciones y promesas realizables en la utopía comunista, que nunca se materializa y por tanto siempre permite hacerlo, se muestran las cosas buenas que hará y tendrá Cuba. Hará, hará y tendrá, mas no hace ni tiene.

Por eso, con la moral combativa siempre en alto, por el continuo enfrentamiento al embargo estadounidense, se seguirá participando en foros para exponer experiencias, aunque el término correcto a emplear sea anhelos. Malabares del discurso oficial que sigue durmiendo a muchos, mientras cubanas y cubanos, al puro estilo de Pánfilo, no el de Vivir del cuento, siguen gastando la mayor parte de su vida en la búsqueda de lo que más hace falta.

Pánfilo: ¡Lo que hace falta es Jama!
 

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