La noticia más bonita de la semana ha venido en una cuna. No es una cuna cualquiera, es la cuna de todas las cunas. Una cuna cunera, cascabelera.
¿De qué trata la noticia? De una hermosa, novedosa y alentadora iniciativa puesta en práctica el pasado 4 de abril en que fueron premiados los dirigentes de la Juventud Comunista (UJC) y los pioneros (OPJM) con una réplica pequeña de la cuna de Fidel y Raúl Castro.
Sucedió en Birán, el sitio de la provincia de Holguín que es precisamente “la cuna” de ambos hermanos.
Una de las felices agraciadas, la Primera Secretaria de la UJC en Cuba, la sicóloga Susely Morfa, volvió a abrir desmesuradamente los ojos estrábicos y gritó, esta vez de alegría, “somos continuidad”, cuya traducción, en cubano moderno, es seguir metiendo la pata sin sentimiento de culpa.
La dirigente dijo sentirse feliz, pero lamentó que las cunas vinieran vacías.
“Hubiera sido un gesto más hermoso”— dijo Susely— “si las cunas hubiesen traído un pequeño Fidel y un pequeño Raúl adentro”.
“Volverlos a ver crecer habría sido divino”, expresó la tierna dirigente comunista mientras se enjugaba una lágrima falsa.
La iniciativa contó también con pequeños pioneritos que el gobierno piensa dejar así, pequeños, para que en años sucesivos continúen representando a Fidel y a Raúl, pero podría traer consecuencias funestas e incitar a ideas descabelladas, como la de armar precisamente un “nacimiento” en la sede de las organizaciones políticas, a la manera de pesebre navideño, con Ángel Castro haciendo de José, el carpintero, y Lina Ruz en el papel de la virgen María.
Lea también
Hasta ahí todo sería posible, pero la cosa se complicaría a la hora de poner los típicos animales que acompañaron al niño Jesús en aquel humilde pesebre.
Más allá de que Nicolás Maduro pudiera fungir de burro echado, y representantes de España, Canadá y Venezuela sean elegidos como Reyes Magos, el papel de la vaca quedaría vacante, a menos que José Ramón Machado Ventura se brinde para ello.
Habría que ver cuál sería el comportamiento de la combativa sicóloga Morfa si las cunitas no fueran entregadas vacías, sino con el pequeño Hipólito Alejandro, hijo del gallego Ángel Castro, y el tierno Raúl, ambos hijos de…de Lina.
Qué preocupaciones iba a tener Susely vigilando al mayor de los Castro para que no quemara nada, ni se fuera a asaltar el cuartel de la Guardia Civil, donde todos son amigos de su padre. Y no quitarle ojo al menor, y que solamente se acerque a juguetes de niño.
Y a la hora de dormir y no poder cerrar los párpados, porque Hipólito sigue hablando y hablando, interminablemente, después de pasarse el día experimentando con cosas de la granja familiar hasta llevarla a la ruina.
Habría que cantar un remedo de aquella canción de cuna de Emilio Grenet, pero con otra letra más actual. Algo como: “Ay, mi Cubita, se te sale Fidel de la cunita, y nos va a desgraciar”.
Vacías las cunas, solas ellas, y siendo solamente una réplica, son el reflejo de una ideología venida a menos, que intentó borrar la religión y sigue su misma estructura: altares, santos, objetos sagrados y una devoción ciega que solamente lleva al abismo.
Al menos creer en Dios alivia. Y encender una vela, ilumina.