El pastor Frank López, quien fuera señalado por el régimen de La Habana como cómplice de Alexander Alazo, el atacante de la embajada cubana en Washington, dijo este martes a Diario Las Américas que "la Iglesia Doral Jesus Worship Center es un lugar donde las puertas están abiertas para todo aquel que quiera venir a adorar y buscar comunión con Dios, sin importar ideales políticos".
En una conferencia de prensa este martes, el canciller de la Isla, Bruno Rodríguez Parrilla, dijo que Alazo, a quien su esposa y amigos han definido como un hombre con problemas mentales, estuvo en Miami en contacto en con personas de reconocido "extremismo contra Cuba".
Sin presentar pruebas, Rodríguez Parrilla involucró en sus acusaciones al rapero cubano Michael Marichal y a la iglesia evangélica regentada por Frank López, el cual mantendría "estrechas relaciones" con el senador republicano Marco Rubio, según el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba.
Por su parte, López recalcó en un mensaje enviado a la redacción de Diario Las Américas: "Nuestro mensaje como iglesia está basado 100% en los principios bíblicos y en el mensaje de Salvación del Señor Jesucristo. Referente al señor Alexander Alazo, lo único que sabemos es que asistió por varios meses a nuestra iglesia en 2018. Luego supimos que se había mudado de la ciudad. Lamentamos mucho la situación por la que está pasando Alexander y su familia ahora mismo, y los tenemos presentes en nuestras oraciones".
El Gobierno cubano acusó este martes de "negligencia criminal" a la Casa Blanca por considerar que el ataque a su embajada en Washington pudo ser evitado y pidió que se investigaran los presuntos vínculos del atacante con los movimientos anticastristas del estado de Florida.
En conferencia de prensa, Rodríguez Parrilla reconoció la reacción rápida de la Policía y el Servicio Secreto ante el atentado, pero dijo que el gobierno de Estados Unidos "demoró en contactar con las autoridades cubanas" para informar y se han dedicado a silenciar el hecho, que calificó de "acto terrorista".
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"Se sabe que Alazo planificó el atentado con suficiente antelación, que visitó el lugar de los hechos unas dos semanas antes del ataque para sondearlo, que perpetró un acto de violencia contra la embajada cubana, que deshonró la bandera de nuestro país, que se refugió en la bandera americana y no ofreció resistencia al arresto realizado por los agentes de ese país", expresó el funcionario.
No obstante, las autoridades estadounidenses tienen una visión distinta del suceso. En primer lugar, no creen que haya un móvil político detrás del tiroteo. Las investigaciones señalan que Alexander Alazo es un desequilibrado mental que padece esquizofrenia.
El hecho en cuestión ocurrió en la madrugada del 30 de abril, cuando Alazo disparó al menos 30 veces contra la sede diplomática de Cuba en Washington.
El tirador fue inmediatamente detenido por la Policía estadounidense y ahora enfrenta cargos de posesión de un arma de fuego y municiones no registradas, y asalto con la intención de matar y posesión de un dispositivo de alimentación de alta capacidad.