Aún no llega el “día cero” de la unificación monetaria y cambiaria, bajo la controvertida “Tarea Ordenamiento”, y la inflación sigue haciendo de las suyas en Cuba.
Ya lo previeron los ideólogos del régimen. El temido fenómeno económico era el riesgo mayor del proceso de unificación y había que cruzar dedos, quizás hasta rezar, para que la inflación real no superase a la prevista. Sin embargo, incluso cuando las preocupantes nuevas tarifas y los elevados precios anunciados de bienes y servicios aún no llegan, ya en las calles y campos de la isla todo se vende muy por encima de lo que se hacía meses atrás.
Muestra de ello son los precios en los que algunos particulares están vendiendo los cigarros y la cerveza, productos muy demandados en la isla. Según un lector del oficialista Granma, que comentó a modo de queja en la web del diario, “entre los vendedores particulares los cigarros están entre 30 o 35 pesos, y las cervezas a 60 pesos”.
“¿Por qué los particulares tienen esos productos y los estatales no?”, se preguntó el lector, de nombre Rosendo, sin que en el artículo en el que el órgano oficial del Partido Comunista reflejó su comentario se respondiese a la interrogante.
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Además de la inquietud de Rosendo, el Granma recogió otras de cubanos preocupados por el costo que estaban teniendo varios productos para cerrar un 2020 que “ha sido, como pocos en las últimas décadas, un año difícil que ha incluido, entre los síntomas de gravedad más notables, una elevación injustificada de los precios, en especial, de los alimentos”.
“Precios COVID, dice la gente, asociándolos a la crisis económica que la pandemia agravó, pero que tiene su base en la agresividad con que el gobierno de Estados Unidos intentó dejar sin vida la economía nacional”, entremezcló el medio oficialista en un análisis muy superfluo que no contempló causas más importantes de la crisis económica y la aguda escasez que padece Cuba, como la reticencia del régimen a liberar las fuerzas productivas y emprender verdaderas reformas económicas.
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Entre esos precios COVID denunciados por la población, frutos de la pandemia, la crisis, la escasez y un ordenamiento que de momento da más miedo y preocupación que certezas y confianza en el futuro, otro lector o escribiente al Granma, Leopoldo Gutiérrez, remarcó el de los churros que solía pagar a tres y cinco pesos, y ahora los venden a entre ocho y nueve.
Asimismo, desde Cárdenas, en Matanzas, el trabajador del sector hotelero Yoel Almeida criticó que hubiese tenido que pagar 40 pesos por un pelado y 50 por una libra de carne. “Todo ha subido por las nubes y ni siquiera han subido los salarios”, comentó en su misiva al periódico oficialista, un medio incapaz de analizar a fondo la situación y cuestionar al poder para que trabaje en pos de un mejor panorama, donde la inflación no impere a sus anchas, como parece sucederá cada vez más.
